PATINAJE ARTÍSTICO

Oro mundial de Javi Fernández

El madrileño entró en la historia del patinaje al proclamarse campeón del mundo en Shanghai. Batió al japonés Hanyu, oro olímpico. Ten fue bronce.

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¡Campeón del mundo! Javier Fernández reventó otra página de los libros de historia del patinaje sobre hielo. Y está fue de las principales. Llámenlo Superjavi, fenómeno, extraterrestre… El madrileño, de 23 años, se colgó el oro mundial en Shanghai tras una colosal actuación en su programa largo donde se transformó en el personaje de Fígaro en el Barbero de Sevilla. “Este es el gran objetivo del año y lo he preparado mucho”, avisaba Javi, que ya en su show corto, a ritmo de rock, dio muestras de solidez. Corroboró su genial estado de forma con esta clásica ópera de Rossini, que casi bordó. Si hubo fallos, están olvidados.

Clasificación

1. Javier Fernández, 273.90 2. Yuzuru Hanyu (Jpn), 271.08 3. Denis Ten (Kaz), 267.72 4. Jason Brown (EE UU), 248.29 5. Nam Nguyen (Can), 242.59 6. Misha Ge (Uzb), 234.89

El de Cuatro Vientos arrancó estos ocho minutos que pasarán a la posteridad con un cuádruple toe perfecto. Justo después vino el único lunar, una caída cuando se disponía hacer un cuádruple triple. Fue un momento clave, como confesó Javi: “Pude rehacerme y sacar adelante el programa”. Y, sin más, volvió a meterse en el rol de Fígaro para, desde ese momento, cuajar una actuación impecable. Sublime, tanto a nivel técnico como de componentes. Los aficionados chinos parecían gatos madrileños por su manera de gritar a Javi y de ondear banderas de España.

Las infinitas horas de trabajo en Toronto junto al míster Brian Orser y el coreógrafo David Wilson daban sus frutos, aunque al acabar el generoso espectáculo Javi no podía sonreír, casi ni respirar por el molesto resfriado que le atacó en Shanghai. Estaba exhausto. Quedaba esperar en el sofá. Sólo había una señal. La puntuación técnica en el marcador instantáneo era algo superior a la de su amigo Hanyu. El oro olímpico era el líder hasta entonces (271.08) tras rebasar a Ten (267.72) y había sido agasajado con peluches y flores pese a sus tropiezos (caída y cuádruple errado). El resultado estaría en un pañuelo.

La tensión crecía a medida que los jueces iban dilucidando su veredicto. Los segundo pesaban. Mientras Javi, bronce en 2013 y 2014, se recuperaba de la paliza y volvía a la realidad. Necesitaba 178.42. Y obtuvo 181.16. En total 273.90, que le situaban por delante del campeón olímpico en poco más de dos puntos. Superjavi era oro. Y su gesto se descompuso de la emoción, abrazó a Orser, gritó… El madrileño era de nuevo un estallido de energía. No es para menos, se había proclamado mejor patinador del universo. Antes había logrado dos terceros puestos mundiales, pero esto es un salto de calidad brutal.

“No esperaba batir a Yuzu. Necesito creerme lo que ha pasado, esto es increíble”. Igual que lo era hace cinco años pensar que el himno de España pudiese sonar en un Mundial de patinaje. Al principio de esta temporada, Javi se planteó tomarse un año sabático tras el estresante ciclo olímpico donde sufrió el chasco de ser cuarto en Sochi. El Grand Prix de Barcelona le animó a entrenarse (y ganó), luego hizo el triplete Europeo en Estocolmo y este sábado alcanzó la excelencia mundial en Shanghai. El chico que se fue a América, con 18 años y sin saber inglés, ya es oro mundial. Un milagro.

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