Selección de rítmica
“Un Premio como éste le da visibilidad a la rítmica”
En Londres, se quedaron a 500 milésimas de la medalla. Desde entonces, la rítmica no se ha bajado del podio. Quereda, su capitana, nos habla de qué supone ser Premio AS.
—Lucharon duro con el baloncesto por el Premio AS y lo lograron. Felicidades.
—Muchas gracias. Estamos súper contentas. Queremos agradecer su apoyo a la afición y a la gente que nos ha votado. Para nosotras es un orgullo y es muy bueno para la rítmica. Un premio así hace que se le dé más visibilidad a este deporte.
—Empezaron fuerte, pero al acabar la primera fase las superó el baloncesto. Aunque el último día arrasaron...
—Es que el último día movilizamos a todo el mundo... (risas). El primero lo movimos mucho en las redes, pero después al finalizar la primera fase, nos relajamos. La final fue muy difícil. El baloncesto era una de nuestras rivales. Contábamos con ello. El último día estábamos tan cerca que removimos cielo y tierra para que nos votara todo el mundo... La rítmica tiene muchísimos seguidores y nos hicieron caso... (risas).
—¿Quién fue la primera que dijo que habían ganado los Premios AS?
—Fue Sandra, en el grupo de whatsapp, a las 00:00. Puso: “Lo conseguimos, ¡olé!”. Y ya imagina, todas emocionadas y como locas.
—Defíname en una palabra a sus compañeras de rítmica.
—Lourdes: artista. Elena, luchadora. Arte, callada. Sandra, especial.
—¿Y usted?
—Uf, ¡qué difícil! Luchadora.
—Comparten el podio de AS con Mireia Belmonte y Carolina Marín. ¿Suena bien, no?
—No podíamos tener mejores compañeras. Lo que Mireia Belmonte está haciendo es brutal. Es una crack, como persona y deportista. Y lo que Carolina hizo, sencillamente, es una proeza. Para nosotras estar junto a ellas es un gran empujón.
—En Londres 2012 fueron cuartas. ¿Ese desengaño fue un acicate? Después, no se han bajado del podio...
—Lo de Londres fue un incentivo. Lo que hizo que decidiéramos seguir hacia delante. Nos habían quitado una medalla olímpica. Y quedarse tan cerca, a 500 milésimas, de ese sueño... La pena es que no todas las que estuvimos en Londres han podido quitarse esa espinita con lo que ha venido después. Faltan Loreto y Lidia, pero estas medallas que hemos logrado también van por ellas.
—¿Ha cambiado sus vidas revalidar el oro Mundial en mazas?
—No, no ha sufrido ningún cambio. Sí notamos que ganar ahora ha tenido más repercusión que la primera vez. Y eso que el bronce en mixto y el oro en mazas de 2013 sí que fueron una proeza, algo histórico.
—Dice: “En la gimnasia rítmica es muy difícil subir un peldaño”. ¿Por qué?
—Porque tiene una parte muy subjetiva, muy política. Y España tradicionalmente no es un país de rítmica. Por eso no es fácil subir. Ni mantenerse. El más mínimo fallo te cuenta más.
—¿Es la maza su aparato favorito?
—Qué va. Es el aro. Porque es grande, amplio, adecuado para gimnastas como yo, que somos altas. Y, fíjate, eso no tiene nada que ver con los resultados. Porque son las mazas las que mejores me han dado...
—¿Cómo empezó con la gimnasia rítmica?
—Yo empecé con el ballet, a los cinco años. Pero le dije a mi madre que me aburría, que quería algo más movido. Ella había hecho gimnasia y me apunté en mi colegio, el Club Jesús María. Rápidamente vieron que tenía cualidades. Y me metieron directamente en competición. Empecé a ganar títulos provinciales, autonómicos, campeonatos de España... Hasta que en 2012 llegué al equipo nacional.
—Después de una competición, ¿qué es lo más le apetece comer?
—Lo que sea. ¡Menos queso, que lo odio! Pero cuando acabas de competir estás tan agotado que te comes lo que sea. Aunque yo prefiero más un bocadillo que chuches o dulces.
—¿Su sueño es la medalla olímpica?
—Sí, por supuesto. No sé si la lograremos, pero luchar, la vamos a luchar a muerte. Espero que lo que estamos haciendo quede para la historia de la rítmica.
—O que empuje a las televisiones a emitir sus Mundiales...
—Esa es una lucha que nos queda. Y no sé si la ganaremos. Nos encantaría que los Mundiales de rítmica se vieran. No es un deporte tan mediático, vale, pero tiene su afición.
—¿Lo más increíble que ha pasado en la gimnasia para usted? ¿Nadia Comaneci?
—El oro de España en Atlanta. Marcó la historia de nuestra gimnasia. Desde ahí todo cambió.