Salto de esquí femenino

Las mujeres quieren dar el salto con Sara Takanashi en cabeza

La prueba se estrena 90 años después que la masculina. venían pidiendo paso desde Nagano 1998, pero siempre toparon con la negativa del COI, por falta de participantes.

AFP

El COI es amigo de introducir nuevas disciplinas en su programa con dos criterios: la igualdad de género o la pujanza de deportes jóvenes y dinámicos. En Sochi 2014 se estrenan hasta doce pruebas, pero una de ellas ha seguido un camino muy espinoso. Esta tarde (19:20) debutan los saltos de esquí femeninos, 90 años después que los masculinos en Chamonix 1924.

Los saltos femeninos venían pidiendo paso desde Nagano 1998, pero siempre toparon con la negativa del COI, que argumentaba que había pocas participantes. En este momento, 63 mujeres han puntuado en la Copa del Mundo y 30 tomarán hoy parte en Sochi.

“No hemos ganado aún”, advierte la francesa Coline Mattel, que opina que la prueba en trampolín corto (90 metros) es “sólo el inicio”, porque reclama la inclusión en el trampolín largo (120) y por equipos mixtos. “Estar aquí ya es historia, por eso me gustaría que hubiera mucha gente viendo que las mujeres también podemos saltar”, dijo la estadounidense Lindsey Van.

La ardua lucha llegó a su cénit en 2009, cuando quince saltadoras pusieron una demanda en Canadá contra los organizadores de Vancouver 2010 por discriminación. Se desestimó.

Entre aquellas mujeres estaba Lindsey Van. Y también la austriaca Daniela Iraschko-Stolz, que hoy reivindicará algo más que los saltos. Daniela ha hecho pública su condición de lesbiana y se casó con otra mujer hace medio año. En Rusia hay una polémica ley que prohíbe la propaganda homosexual.

Iraschko-Stoltz, una de las favoritas, ha logrado dos victorias en la presente Copa del Mundo. Un dato que tiembla ante los números de Sara Takanashi, una japonesa de 17 años que salta casi tanto como los hombres y que ha conquistado diez de las trece pruebas. “No creo que se pueda sentir más placer que cuando hago un gran salto mientras siento la presión”, dice la nipona, que hoy quiere entrar en la historia como la primera mujer campeona olímpica de saltos.

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