El Cuatro Rayas recupera la primera plaza del grupo C

El Cuatro Rayas Valladolid ha recuperado la primera plaza del grupo C de la Liga de Campeones tras imponerse hoy a un Aalborg muy luchador, que realizó una buena primera parte, pero no supo mantener la fluidez en la segunda ante un rival más experimentado.

El cuadro danés salió muy centrado y, desde el inicio, impuso un fuerte ritmo de juego y una seria defensa, que complicó la vida a los vallisoletanos, ya que no supieron encontrar su nivel defensivo, permitiendo así a los locales aprovechar la coordinación entre el central Larholm y el pivote Hansen.

Esa conjunción, añadida a la efectividad de Christiansen desde el exterior, hizo mucho daño al equipo español, que comenzó a cometer numerosos fallos en los lanzamientos, debido a la precipitación con la que abordaron las ofensivas, lo que dio a los daneses la oportunidad de obtener dos goles de renta (9-7), en el minuto 16.

Perales surgió entonces como referente en el juego de ataque del Cuatro Rayas lo que, junto a las buenas intervenciones de Svensson en la portería, trajo consigo un parcial de 0-4 (del 13-12 se pasó al 13-16), que cambió por completo la dinámica del partido y concedió el dominio del electrónico a los pupilos de Pastor para llegar al descanso con esos tres tantos de ventaja (14-17).

Tras la reanudación, los vallisoletanos hicieron valer su mayor experiencia en competición europea y, con un buen balance, intensidad y la buena dirección de Perales, fueron incrementando las diferencias de forma paulatina, ante la impotencia del conjunto local, que se dejó arrastrar por la precipitación.

Además, la defensa abierta impuesta por los pupilos de Peter Bredsdorff-Larssen, lejos de frenar las incursiones del Cuatro Rayas, facilitó sus contras, con las penetraciones de un Perales que hoy realizó un gran encuentro y que otorgó a su equipo una renta de siete goles (22-29) en el minuto 48.

El técnico local solicitó un tiempo muerto, para intentar devolver la concentración a sus jugadores, pero el Valladolid ya se había hecho con los mandos del juego y, si bien la relajación permitió a los daneses recortar las diferencias, no fue suficiente para impedir la victoria de los españoles (32-36).