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Juegos de invierno Turín 2006 | Décima jornada

Un gurú pagado por Austria

El técnico de fondo y biatlón de Austria está suspendido por el COI a ocho años y a perpetuidad por la FIS.

Walther Mayer

Walther Mayer viajaba el domingo a Salzburgo cuando paró su furgoneta en Partenion, a 25 km de la frontera italiana, para echarse una cabezadita. Huía de los 'carabinieri' y en Austria se sintió más seguro. Entonces un policía de su país dio un toque a la ventana. Mayer, obsesionado, pisó el acelerador y chocó contra un control policial. Fue detenido por resistencia a la autoridad y pasó la noche en comisaría, pero ayer fue liberado.

Mayer, de 47 años, ya campa tranquilo en Austria, mientras el olimpismo entero se hace una pregunta: ¿Por qué un hombre suspendido ocho años por el Comité Olímpico Internacional y a perpetuidad por la Federación Internacional de Esquí seguía contratado por la Federación Austriaca como responsable de esquí de fondo y biatlón? El domingo, un día después del registro policial a su selección, fue despedido. Un lavado de cara.

Entre 1999 y 2002 había sido director técnico, pero en Salt Lake City le encontraron unas jeringas y bolsas de sangre, con las que hacía transfusiones a su hijo Marc y a Achim Walcher. Fue suspendido, pero recurrió a la justicia ordinaria, que le dio la razón, y su federación le volvió a contratar como responsable de fondo y biatlón.

El Comité Olímpico de Austria despeja balones. "Mayer no forma parte oficial de nuestra delegación", dijo su presidente, Leo Wallner. Pero estaba plenamente operativo. Acude a las Copas del Mundo, figura en la foto oficial del equipo de biatlón Y hasta él mismo habló de sus funciones a la agencia austriaca Apa: "Estaré en un apartamento privado de la federación y me ocuparé del entrenamiento".