Ciclismo | Tour 2005. 21ª etapa
El hombre que venció al cáncer
La milagrosa recuperación y la bella historia de Lance Armstrong fue un soplo de esperanza en el Tour de 1999, tras una edición anterior marcada por el 'caso Festina'. Pero en los años siguientes recayó sobre el texano la sospecha del dopaje por la cerrada defensa que hizo de su médico, Michele Ferrari.
El ambiente estaba enrarecido en los días previos al Tour de Francia 1999. El 'caso Festina', la sombra del dopaje masivo, el miedo a la persecución policial, asomaban por cada rincón. Marco Pantani y Jan Ullrich, los únicos campeones en activo, no estaban en la salida. Y entonces, el 3 de julio, Lance Armstrong (Austin, 18-9-1971) lanzó un soplo de esperanza ganando el prólogo de Puy de Fou con mejor crono que Miguel Indurain en 1993. Fue el primer pilar de sus siete reinados consecutivos.
Armstrong era entonces el candidato ideal para relanzar el ciclismo. El texano no había corrido el polémico Tour de 1998, porque era el año de su reaparición tras haber estado 518 días recuperándose de un cáncer de testículos con metástasis en los pulmones y el cerebro. Una bella historia de superación. El 2 de octubre 1996, en el Hospital de Saint Davis (Austin), el doctor Reeves le anunció su enfermedad. Desde entonces el americano celebra su cumpleaños en esta fecha. "El cáncer cambió mi vida, me hizo mejor persona", ha repetido Lance numerosas veces.
Al día siguiente le extirparon un testículo y donó esperma para asegurarse la paternidad en el futuro. El resultado de aquella previsión son hoy sus tres hijos: Luke y las gemelas Isabelle y Grace. Otro de los milagros de Lance. Los tuvo con Kristin, su enfermera en los días más duros, de quien se divorció en septiembre de 2003. Un mes después, la actriz Sandra Bullock le presentó a su actual pareja, la cantante Sheryl Crow, en una fiesta del tenista Andre Agassi.
El americano inició su competición más dura, su carrera contra la muerte, con duras sesiones de quimioterapia. Le habían dado un 40% de posibilidades de sobrevivir, aunque era una mentira piadosa: en realidad eran del 3%. Armstrong lo recuerda en 'La Vuelta a la vida', el primero de sus dos libros autobiográficos: "El médico me dijo: 'Te voy a matar, cada día te mataré un poco y luego te resucitaré'. La cuestión era matar al cáncer antes de que me matara a mí".
Armstrong retornó a la competición en la Vuelta a Andalucía en febrero de 1998. Su cuerpo era distinto al del ciclista que ganó el Mundial de Oslo en 1993 o la Flecha Valona en 1996. Adelgazó diez kilos (de 82 kg a 72), cambió su musculatura... Aquella temporada la terminó con un cuarto puesto en la Vuelta a España. Entonces apareció en su vida el holandés Johan Bruyneel para convencerle de que sería capaz de ganar el Tour. Dicho y hecho. Director y campeón han compartido intensamente siete temporadas de gloria.
Pero aquel soplo de esperanza de 1999 comenzó a tornarse en sospechas en los años sucesivos. Armstrong no ha podido salvarse de la eterna sospecha de dopaje, aderezada por revelaciones de su ex masajista Emma O'Reilly y de su ex mayordomo Mike Anderson. Y lo peor de todo es que el propio corredor ha fomentado las dudas con su cerrada defensa de su médico, el italiano Michele Ferrari, condenado en Italia por fraude deportivo y padre, junto al profesor Conconi, del dopaje con EPO de los años 90. Su marcaje "en defensa de todo el pelotón" a Filippo Simeoni, el testigo principal contra Ferrari, abrió todavía más interrogantes en torno a Lance.