"Estoy harto de darme golpes contra el suelo. Es la hora del adiós"

¿Le ha dolido tomar la decisión de retirarse?

No, porque la tenía madurada desde hace tiempo. Llevo 17 temporadas en División de Honor y es el momento de decir adiós. Estoy harto de darme golpes contra el suelo. Con 35 años podría haber seguido, pero era el momento de dejarlo y de dedicarme a otra cosa.

¿A qué?

El club me ha ofrecido la oportunidad de seguir dentro del organigrama. Podría ser el nexo entre la plantilla y la directiva. Sería, por ponerle un apellido, el director deportivo.

Defínase como portero.

Dentro de la locura que se supone a los porteros, creo que soy bastante sensato.

¿Es de los que cree que los porteros están locos?

Al contrario. El portero no puede fallar y eso le obliga a tener la cabeza bien amueblada. Es el más equilibrado del equipo y, a la vez, el jugador más importante a pesar de que los triunfos individuales recaigan en los goleadores.

¿Qué gol aún le duele?

Quizá los de Brasil en el Mundial de España, que perdimos 6-4. Pero el que sí paré fue uno cuatro años después, en la final de Guatemala ante Brasil y que ganamos 4-3. Lo recuerdo porque faltaban 30 segundos cuando André se quedó en el área, chutó y paré el balón entre la pierna y el culo; saqué rápido a Daniel y provocó la falta que supuso el doble penalti que fue el 4-3 que marcó Javi Rodríguez.

¿Qué equipo rival ha sido el más difícil?

En especial, los duelos con Marsanz. Eran partidos de una locura de velocidad y goles.

¿Qué condición le ha faltado como portero?

El saque. Hace años, con el reglamento y la forma de jugar no era tan importante, pero ahora es fundamental.

¿Qué entrenador le ha enseñado más?

Lozano. Llegamos a la vez a la Selección y he crecido a sus órdenes.