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Atenas 2004 | Natación

Phelps no nadó finales en el que fue el día de la mujer

El 4x200 femenino español, sexto con récord nacional

Actualizado a
<b>FANTÁSTICAS. </b>Las chicas del relevo 4x200 alcanzaron un meritorio sexto puesto y pulverizaron el récord español.

Yal quinto día en la piscina, Michael Phelps descansó... relativamente. Porque su descanso consistió en batir el récord olímpico de 200 estilos, en las semifinales uno de sus pet events. ¿Qué es un pet event? El evento que uno domina como podría dominar a un gatito.

Con Phelps recuperando calorías con las Power Bars y las bebidas carbonatadas, fue tarde de récords femeninos. Uno de ellos, el relevo 4x200 libre valió la tercera medalla de Natalie Coughlin, segunda de oro. ¿Quién es Natalie Coughlin? Un bellezón californiano con sangre multirracial en sus venas: una rubia que tiene algo de india cherokee y un poquito de esquimal. Pero como está criada en California-Berkeley, la cuna de la contracultura, lo que sale aquí es poco menos que una diosa.

Fíjense si es diosa: cuando el Mundial 2003, en Barcelona, a Coughlin le entraron unas fiebres que la dejaron postrada varios días en la habitación del hotel. Cuando salió de allí, se le preguntó en qué había empleado el tiempo. Respuesta: En ver la televisión de España. No entendí nada, porque en las mejores horas sólo había programas con gente desconocida. Eso no es lo que se hace en Estados Unidos. Sin más comentarios.

Nuevos tiempos. Como hizo Phelps el día anterior, Coughlin lanzó el relevo largo estadounidense en la primera posta. Tomó el primer puesto, por delante de la inglesa Melanie Marshall y de Franzi Van Almsick. Detrás, Carly Piper, Dana Vollmer y Kaitlin Sandeno fueron poniendo un clavo tras otro en uno de los últimos records que iban quedando a las valquirias de Alemania Oriental. 7:53.42, contra 7:55.47 de las alemanas democráticas en 1987. Los tiempos han cambiado. Aquellas alemanas nadaban a pastillazo limpio. Hoy, Dana Vollmer nada con el desfibrilador en el vestuario por un síndrome crónico en las válvulas cardíacas. Donde estuvieron las espaldas de camioneros de Manuela Stellmach, Astrid Strauss o Heike Friedrich, hoy irrumpen la sonrisa exótica y las uñas pintadas de Coughlin. Las chinas se platearon la sonrisa y las alemanas se broncearon con laurel.

En esa finalísima del 4x200 estuvo la selección española, campeona de Europa en Madrid. Pero entonces, las alemanas mandaron el parte facultativo, como las inglesas. Ayer estaban todas. Y España en una final mundial fue sexta y tercera de Europa, la verdadera Europa de Van Almsick y Melanie Marshall. Rouba, Caballero, Ramos y Villaecija dejaron el récord nacional en 8:02.11, con mejora de 1:36. Arantxa Ramos se ganó el sitio en el cuarteto ante Laura Roca tras un playoff directo que las chicas hicieron en Atenas.

En las semifinales de 100 libre, la australiana Jodie Henry batió el récord mundial con 53.52. Con la tercera marca, tras De Bruijn, Coughlin también estuvo allí. La californiana aspira a cinco medallas y ya lleva tres. Ella le da el mérito a su entrenadora, Teri McKeever, pero mérito tuvo aguantar en Barcelona encerrada con los grandes hermanos...