Por puro miedo al qué dirán

Madrid-Valencia sin Zidane. Al Madrid se le negó lo que a tantos otros se concede con facilidad (especialmente si tienen que jugar contra el Madrid, como pudimos leer en nuestra edición de ayer), la suspensión cautelar. Y eso que éste es, con claridad, un caso lleno de matices, que merece su estudio. Pero los comités no suelen hacer justicia. Más bien suelen hacer política. Tienen miedo al qué dirán y, dentro de eso, tienen miedo sobre todo a que les acusen de madridistas. Su cobardía moral hace el resto y así ocurre que el Madrid sale una y otra vez perjudicado en estas instancias.

Casi estoy por decir que lo peor de la Federación no es la ligereza en gastos propios de sus altos dirigentes (ahora el CSD les recorta un cuarto la subvención anual, buena bofetada) sino el desastre que es la justicia futbolística. Desde nuestro precario arbitraje, en el que se promociona a Rafa Guerrero, ese linier con más fantasía de Julio Verne que ¡enviamos a la Eurocopa! hasta estos comités que dicen y se desdicen, les da un viento y les da el otro, crean precedentes de todo tipo y acaban dando la razón a todos en sus quejas. Sólo son constantes en una cosa: al Madrid, ni agua.

Pero la falta de Zidane no arruina un partido grande. Ni siquiera arruina al Madrid, que sin Zidane y con los mismos de esta noche (más César, menos Casillas) le ganó hace un mes por tres a cero al Valencia, en Copa. Entrará Solari, y si la falta de Zidane le quita al Madrid magia, estilo y creación, la entrada de Solari le da trabajo y equilibrio. Justo lo que tiene el Valencia en dosis industriales, del mismo modo que tiene su pellizco de arte en Aimar, un grande al que todavía le falta cortar dos orejas en el Bernabéu. Así que aunque falte Zidane, al partido le queda muchísimo contenido. A disfrutar.

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