La Copa Masters de Houston se ha quedado sin españoles a las primeras de cambio. De los diez sets que han disputado Ferrero y Moyá, sólo han ganado dos, uno para cada uno. Por lo menos no se han ido de vacío.

Está claro que la mente y el corazón estaban puestos en Australia y en la Ensaladera. No hay otra explicación. El año pasado, Ferrero y Moyá estuvieron en las semifinales de Houston. Pero este año no interesaba tanto. Hay cosas más importantes en las que pensar.

En tierras estadounidenses, el de Onteniente ha visto cómo se ha desvanecido su sueño de acabar el año como número uno del mundo. Un premio que consiguió sin presión, sólo con las ganas de hacer un buen tenis. Y lo ha dejado en manos de Roddick con la misma filosofía. Lo malo es que podría perder el número dos (¡cuidado con Federer!). Así de caro puede pagar Ferrero tener la mente en Melbourne.

Ante Nalbandián, se vio totalmente descolocado y el argentino le barrió en dos sets. Las cosas cambiaron un poco con Agassi y comenzó con un tenis arrollador. Pero Agassi es mucho Agassi y acabó esfumando las esperanzas del español.

Lo mismo le pasó a Moyá, pero a la inversa. Plantó cara a Roddick en su debut pero se mostró decepcionante, sin carácter ni concentración ante Coria.

Borrón y cuenta nueva. La Davis está a la vuelta de la esquina. No es tanto cuestión de esfuerzo como de ganas, muchas ganas. Sólo queda la fe de que en Australia las cosas sean distintas.