Aprender a esquiar en Andorra: un sistema único en el mundo
Los más de 800 monitores de las estaciones de esquí del país forman parte de una única escuela que forma parte de Grandvalira Resorts.


Con más de 800 monitores altamente cualificados y un modelo pedagógico integrado, las escuelas de esquí de Grandvalira Resorts destacan como un referente internacional en la enseñanza de deportes de invierno. Estas escuelas no sólo ofrecen un enfoque metodológico único, sino que también están diseñadas para maximizar la experiencia del cliente, combinando aprendizaje, diversión y un contacto cercano con la naturaleza.
Según Toni Rodríguez, director de servicios de montaña del grupo SETAP365, la clave está en la uniformidad del modelo: “En Grandvalira tenemos una única escuela para todas las estaciones (algo que solamente ocurre en Estados Unidos y en Andorra). Esto asegura que todos los clientes reciban un servicio homogéneo, sin importar en qué sector se encuentren. Pero a su vez, con monitores de más de 20 nacionalidades, cualquier cliente puede encontrar a alguien que hable su idioma o entienda su cultura; y los conocimientos e inputs de la escuela son múltiples y enriquecedores”.
La dirección de la escuela forma parte del comité directivo de la estación; por lo que cuando se toman decisiones siempre se piensa en las escuelas
Xavi Salinas
El aprendizaje comienza en las pistas
El diseño de las pistas de Grandvalira es un ejemplo de cómo esta integración beneficia al aprendizaje. Xavi Salinas, director de negocio de montaña de Ordino Arcalís y Grandvalira Pas de la Casa-Grau Roig, explica, por ejemplo: “Las pendientes se adaptan para que los debutantes y esquiadores de nivel intermedio puedan recorrer todo el dominio con pistas azules o rojas suaves. Esto permite que familias completas o grupos de diferentes niveles disfruten juntos”. Y esto pasa “porque la dirección de la escuela forma parte del comité directivo de la estación, por lo que cuando se toman decisiones se piensa siempre en las escuelas”, añade.
Otro buen ejemplo son los sectores infantiles, como el Kids Forest, que ofrecen circuitos y programas tematizados con animales típicos de Andorra, “con cada detalle pensado para que el aprendizaje sea divertido y seguro, desde los jardines de nieve hasta los circuitos Fun Cross para jóvenes más avanzados”, relata Salinas.

La importancia de los monitores
Los monitores son el alma de las escuelas de Grandvalira Resorts. Su diversidad, su formación continua y su especialización les permite adaptarse a las necesidades de todo tipo de clientes. Rodríguez destaca: “El monitor no solo enseña; es el mayor relaciones públicas de la estación. Básicamente porque es quien pasa más horas con el cliente durante su estancia en Andorra. Su labor es clave para fidelizar y crear una experiencia memorable”.
En este sentido y para garantizar la calidad de los mismos, las escuelas realizan auditorías diarias a los monitores y recogen encuestas de satisfacción al final de cada jornada. Esta información permite ajustar servicios, dar más o menos trabajo a unos y otros y mantener altos estándares.
Programas para todos los niveles y edades
La oferta educativa de Grandvalira es tan diversa como sus visitantes. Desde niños de 1 año, que comienzan en las guarderías, hasta adultos que se adentran en disciplinas avanzadas como freeride o esquí de montaña, hay opciones para todos.
En este contexto y si hablamos de lo básico, alguien que quiere aprender a esquiar, Salinas asegura que “con un fin de semana de escuela -3 horas al día- sales de la zona de debutantes y estás en pistas azules. Luego la progresión es muy técnica, puedes estar aprendiendo toda la vida…”.
Yendo a algo más exclusivo, un servicio a destacar es el Top Class. Como explica Salinas: “Es mucho más que una clase. El monitor se convierte en un embajador personal del cliente, gestionando todo lo que puede necesitar para disfrutar al 100% de su estancia, desde reservas en restaurantes hasta conseguir el material adecuado o los transfers. Es una experiencia exclusiva pensada para quienes buscan un trato completamente personalizado que tiene mucho éxito”.

Nuevas tendencias y disciplinas
El auge de disciplinas como el esquí de montaña, el freeride o las excursiones con raquetas de nieve también ha transformado la oferta de las escuelas. Una oferta que se adapta fácilmente gracias precisamente a esta centralización. Al detectar estas tendencias, por ejemplo, Grandvalira creó los Grandvalira Mountain Guides, un equipo especializado que organiza desde cursos de iniciación hasta rutas en picos icónicos de Andorra y que esta temporada cumple 10 años.
“Estas disciplinas están creciendo desde la pandemia. Por eso creamos circuitos específicos y formaciones de seguridad en montaña. Queremos que los clientes disfruten del entorno natural, pero siempre con la máxima seguridad”, apunta Salinas. Le complementa Rodríguez: “Pueden parecer disciplinas que si ya tienes nivel no necesitas escuela, pero nada más lejos de la realidad. Para que se entienda muy fácil: nuestros monitores, que son técnicos que saben esquiar perfectamente, cada año hacen sus reciclajes para estar al día tanto en material como en conocimientos; e intentamos que el cliente, en su evolución, no prescinda de la formación, porque es lo mejor para todos”.
La escuela no es un servicio aparte, es una parte esencial de todo el negocio de la estación, por lo cual todos los comerciales de la estación la venden
Toni Rodríguez
Potencia comercial y de comunicación
Es otra de las claves del modelo. “Nos da una gran potencia a nivel comercial y de comunicación. La escuela no es un servicio aparte, es una parte esencial de todo el negocio de la estación, por lo cual todos los comerciales de la estación la venden, algo que en escuelas más pequeñas y autónomas es impensable”, señala Rodríguez.
Un modelo de referencia
Con todo, se podría decir que Grandvalira no solo ha creado un modelo educativo integrado que garantiza aprendizaje y calidad, sino que también ha establecido un estándar que pocas estaciones en el mundo pueden igualar. Esta visión estratégica, que conecta la enseñanza con todos los aspectos operativos de las estaciones, permite a los visitantes disfrutar de una experiencia única, personalizada y enriquecedora. Tanto para los que buscan iniciarse como para quienes desean perfeccionar su técnica, las escuelas de Grandvalira son mucho más que un lugar para aprender a esquiar: son el corazón de un destino que combina pasión por la nieve, innovación y una profunda conexión con su entorno.
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