Moratti eligió mal y se arrepiente

Moratti presidente del Inter, tuvo que elegir entre Cúper y Ronaldo. Eligió Cúper y ahora no tiene ni al uno ni al otro. Ahora se arrepiente y ronea un poquito con Ronie, al que vuelve a abrir la puerta. Hasta allí le habrá llegado la declaración que ayer hizo en este periódico el jugador brasileño: "No me gusta que me cambien". Ronaldo está molesto porque Queiroz le cambia mucho. En cuatro de cada cinco partidos ha sido sustituido. Para todo jugador, salir de un partido sin estar lesionado es casi una humillación. Ese paseíto hasta el banquillo para ser relevado duele mucho.

Además, Ronaldo quiere acumular goles. Se había propuesto este año mejorar mucho su registro anterior y él cree, y yo también lo creo, que aun cuando está mal puede marcar goles y decidir los partidos. Le falta potencia en carrera y eso disminuye algo su amenaza, pero le sobran potencia de tiro, colocación en el área y sentido de la anticipación. En baja forma y todo, como lo está, sigue siendo un goleador temible y no tengo ninguna duda de que cuando Queiroz le retira el equipo rival suelta un suspiro. Sobre todo si el que le sustituye no es Portillo, que es un demonio, sino Solari.

Ya tengo escrito aquí que me parece que Queiroz está jugando con fuego. Los galácticos son jugadores diferentes, que han llegado al Madrid, en casi todos los casos, huyendo de las manías de algún entrenador. Tienen una lidia distinta. El trabajo de Queiroz debe ser conseguir que Ronaldo recupere el puntito de velocidad que ha perdido, pero mientras debe sujetarle con cuerda larga. Andarle cambiando cuatro de cinco veces no soluciona el problema. Así le trataba Cúper y ya ven cómo acabó la cosa. Moratti se ha dado cuenta y empieza a regalarle el oído al brasileño.

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