¡Que se vea el capitán!

Ataviado con una gorra y vestido fashion, Raúl Tamudo abandonaba la sala de prensa del Estadi Olímpic ayer por la mañana. El jugador, después de varios partidos parado, parece que volverá a calzarse las botas y será la referencia de sus compañeros y de los aficionados, que tanto lo han echado en falta. Tamudo es sinónimo de gol, de astucia y de garra. Como el resto de sus compañeros, el internacional español no descansará hasta ver al equipo fuera de la zona de descenso, aunque sabe que para eso deberán sudar muchísimo.

Por mucho que diga Clemente, Tamudo es estandarte en el equipo y en la afición. Pese a que el vasco diga que no habla mucho en el vestuario, lo cierto es que para la grada sus palabras van a misa. Diga lo que diga. Ese es el desconocimiento de Javi, que deberá agarrarse a la inspiración del capitán si no quiere ver cómo la soga que rodea su cuello se vaya ciñendo cada vez un poco más. Puede ser su salvador, aunque para él eso no es ninguna noticia.

Tamudo le está sacando brillo a sus botas. Desea que éstas, de color blanco, sean la pesadilla de Pablito Cavallero. Sueña con irse a los fondos del Estadi a celebrar los goles con los sufridores pericos, que se merecen mucho más que ver a diario que van últimos en la tabla clasificatoria. Tamudo no sólo pone actitud, sino lo que hace falta: goles.

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