Rallies | Rally de Cataluña

Sainz preparó con mimo su asalto al título

AS vivió con él un día de reconocimientos. Son once horas de trabajo concienzudo

jordi alemany

Siete de la mañana en el Hotel Ciutat de Vic. En la calle aún es noche cerrada, pero en su interior se desarrolla una febril actividad. Un ejército vestido de rojo traslada sus maletas o desayuna a toda prisa. El despertador, al igual que el calendario, es implacable en el Mundial de rallys. Sin casi tiempo de saborear su recién logrado liderato en Córcega, Carlos Sainz vuelve al tajo.

Ni siquiera veinticuatro horas pudo pasar el ‘Matador’ en su casa, ya que llegó el domingo por la noche y partió hacia Vic de nuevo el lunes por la tarde. Sin tiempo casi para disfrutar de su familia. El de los rallys es el calendario más cruel del panorama deportivo. Pero a tan intempestivas horas su semblante era sonriente e incluso se permitía bromear con los compañeros del equipo, que se reían de él y de su copiloto, Marc Martí, por vestir pantalón corto.

Rápido desayuno y a la calle. "¡Vaya hombre, está lloviendo!". Es lo primero que afirma el bicampeón al ver el agua que cae, sabedor que eso beneficia a uno de sus principales rivales, el noruego Petter Solberg. Sainz se adentra en su Mitsubishi de reconocimientos junto a Martí, y parten rumbo al tramo de Olost, el primero por el que pasarán esta mañana. Allí se ha formado una caravana de coches, con todos los héroes del Mundial reunidos a la espera de que se pueda pasar para tomar las notas. Markko Martin es el primero en arrancar, aún de noche, y Sainz casi parte el último, ya que ha esperado a que amanezca para ver mejor la carretera. Hasta en eso es el más minucioso.

Grabar los tramos

Y una vez en el tramo también es el que se toma más molestias en anotar todos los pormenores de la carretera. Mientras que el resto de rivales se conforma con un par de palabras para describir cada curva, él anota hasta el número del DNI del paisano que por allí pasaba. Y por eso se le dan tan bien los tramos nuevos, que en el Catalunya serán casi la mitad. Incluso, graba los tramos con una pequeña videocámara colocada en el habitáculo, para visionarlos más tarde en el hotel con todo detenimiento.

Tras reconocer tres especiales, parada en la asistencia de Citroën, situada en Sant Hipolit de Voltregá, donde el equipo de mecánicos de reconocimientos echa un vistazo a los Mitsubishi de Sainz, Loeb, McRae y Bugalski, que toman un refrigerio en el camión vivienda. Entonces sus compañeros aprovechan para criticar la especial de Olost porque es demasiado rápida. "¡Qué yo no soy la organización!", se defendía Carlos, al que parecían acusar de ser el culpable de que se hubiera incluido en el recorrido.

Y así, hasta las seis de la tarde, cuando finalizó el plazo permitido para reconocer los tramos. Trayecto desde Vic a Lloret de Mar, donde Sainz instala su cuartel general en el Hotel Roger de Flor, en el que vivirá hasta que el domingo finalice el penúltimo asalto del Mundial.

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