Aquellos viejos compromisos...

Esta noche juega el Partizán en el Bernabéu y con muy buen criterio el Madrid aprovecha la ocasión para rendir homenaje al Madrid ye-yé, aquella generación aún de blanco y negro que ganó la sexta (que por muchos años pareció la última) Copa de Europa para el club. Fue en el año 1966 y en la final estuvo enfrente el Partizán, justamente. Gento era el capitán de aquel equipo, todo de españoles, que hoy recibe el reconocimiento del club. Gento ganó aquel día su sexta Copa de Europa. Ayer le dijo a Guasch: "Es mi tercer homenaje. ¿Qué habré hecho yo?". Pues eso. Ganar seis.

Y ser correa de transmisión entre el Madrid de Di Stéfano y el de Pirri. Ayer, en la Fundación Pedro Ferrándiz, Valdano nos instruyó sobre lo que es el Madrid como permanente desafío. Comentaba que cuando llegó al club como jugador, lo que le llamó la atención fue la transmisión de generación en generación de ciertas claves en el vestuario. "Escuchaba cosas que entendía que un día las habría dicho Di Stéfano, luego Amancio, luego Pirri, luego Camacho... Habían cambiado los hombres, pero en el vestuario se vivía el mismo compromiso, con las mismas palabras".

Habló del miedo del jugador al silencio del Bernabéu, un silencio reprobatorio y ominoso, y explicó: "En el Madrid no hay escondite. Cuando pierdes, te quedas solo, ante la historia, ante la afición, ante los medios. Sin excusa". Ese habrá sido, sin duda, el móvil que llevó a Gento a aguantar en pie dieciocho años, con doce ligas y seis copas de Europa ganadas. Y el que llevó al equipo ye-yé a aquella lejana sexta copa, contra todo pronóstico. El milagro es que aún hoy jugadores de todas procedencias y con gloria y fortuna incalculables se reciten entre ellos aquellos viejos compromisos. Y los cumplan.

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