Entre el Bernabéu y Mestalla

Ayer se esperaba la designación de escenario para el España-Noruega, pero no hubo tal. Mientras Noruega vende a toda prisa papel para el partido de vuelta, que se jugará el 19 de noviembre, aquí todavía no sabemos dónde se va a jugar el de ida, fijado para cuatro días antes. O sea, que falta menos de un mes y nosotros con estos pelos. Villar y su gente, asustados por todo lo que está cayendo (lo que merecen) y por la posibilidad tenebrosa de quedarse fuera de la Eurocopa, miden con cautela esta designación. Politiquean, calibrando sensibilidades aquí y allá.

Se barajan en realidad dos posibilidades: el Bernabéu o Mestalla. El Bernabéu es más grande y su magnificencia podría achicar a la mayoría de los jugadores noruegos, poco hechos a grandes escenarios. Es un efecto del que el Madrid se favorece mucho en la Champions. Pero Villar teme al público madridista, que le tiene muy en cuenta todas las pleitesías que le ha rendido en los últimos años al Barça. Aquella medalla de oro y brillantes que recibió de Núñez tras lo de Tenerife, el indulto después de la retirada en la Copa y el retraso en el cierre del Camp Nou.

Mestalla también es un buen escenario. Grande, con público cerca del campo y una afición entregada. Y el Valencia aporta muchos jugadores. En la última lista, más incluso que el Madrid. Y eso ayuda a que prenda el entusiasmo en la ciudad. Y Zaplana, que ha arrimado muchos duros a la Federación a través de Terra Mítica, empuja lo suyo. Yo me figuro que será en Mestalla pero, sea allí o sea en el Bernabéu, no veo el porqué las dudas, los mareos y las indecisiones. Con eso la Federación no hace sino dar una muestra más de que no sabe ni dónde tiene la mano derecha.

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