Sainz se queda a cuatro puntos del líder Burns

A pesar de su monumental enfado al acabar el rally porque era consciente de que todo podía haber salido mucho mejor, Carlos Sainz debería estar orgulloso de su actuación en Sanremo. Probablemente sea de las ocasiones en las que más mérito ha tenido. Y además, con su cuarto puesto se ha colocado a sólo cuatro puntos del liderato, que sigue en manos de Richard Burns.

Ese cabreo consigo mismo lo tenía porque en los dos últimos tramos cayó el diluvio universal y si hubiera acertado con los neumáticos podría haber acabado segundo. Además, el agua caída con furia del cielo permitía al líder Burns sumar dos puntos. Pero, en el otro lado de la balanza, la tormenta hacía salirse a Marcus Gronholm, que ya se ha quedado descolgado casi definitivamente.

El gran beneficiado junto a Burns fue Gilles Panizzi, que pasó de la quinta a la segunda posición, gracias a un amigo que le llamó desde las montañas para advertirle de lo que iba a suceder y montó neumáticos de agua. Y si la prueba dura un poco más, hasta le arrebata el triunfo a Sebastien Loeb, que está a dos puntos del líder y de quien ya nadie duda que es el máximo favorito al título mundial, teniendo en cuenta las pruebas que siguen.

Carlos había pasado mala noche, ya que sobre las tres de la madrugada reaparecieron sus dolores de riñón, probablemente causado por el esfuerzo de las jornadas anteriores. Ahora es muy posible que anule unos ensayos que estaban previstos para esta semana en Gran Bretaña. Podrá así descansar y recuperarse cara al Rally de Córcega, que se disputa en dos semanas.

La cita gala se le ha dado mejor tradicionalmente que la italiana y luego llega la de casa, Cataluña, antes de la lotería final británica. El problema es que si no cambia nada, y parece difícil, frente a Loeb en asfalto poco o nada se puede hacer. Pero quedan tres pruebas y sólo cuatro puntos separan a Sainz de la cabeza. ¿Por qué ser pesimistas?