El fútbol inglés se defiende

Las primeras imágenes de El Día Después de ayer nos ilustraron sobre la permanente lucha del fútbol inglés por mantener la corrección. La FA (la federación inglesa) ha adoptado como propia una norma ensayada por la FIFA en el último Mundial Sub-17: si ante el saque de una falta el bando defensor reitera las protestas o el adelantamiento de la barrera, no sólo verá la tarjeta amarilla, sino que el punto del saque de la falta se adelantará diez yardas, 9,15 metros. Así se ha decidido y así ocurrió ya este fin de semana en un partido de la Premier, entre el Charlton y el Liverpool.

Un intento de mantener la vieja corrección de un fútbol que, sometido cada vez a más influencias está perdiendo su añeja deportividad. No hace muchos tiempo aún era imposible ver en los campos ingleses pérdidas de tiempo, lesiones fingidas, piscinazos y protestas absurdas. Con la masiva importación de jugadores, todos los vicios que el resto del mundo ha inoculado en el fútbol se han hecho presentes en Inglaterra. Ahora para ver fútbol puro hay que acudir a la First Division, la segunda de allí, menos contaminada. Fútbol primitivo, de balón largo y pierna fuerte. Pero limpio.

No digo yo que cualquier tiempo pasado haya sido mejor. Lo de ahora es mejor casi siempre. Pero hay algunas cosas que sí se pueden añorar. Y entre ellas está la corrección deportiva, que sobrevivía a duras penas en dos santuarios: el rugby (donde lo de adelantar las faltas en casos de protesta fue siempre moneda común) y el fútbol inglés. La FA hace bien en preservar hasta cuando pueda ese capital. En tomar por la tremenda cosas como el feo final del Arsenal-Manchester o en adoptar esta medida en las faltas. Porque el día que nos falle Inglaterra, no nos quedará ningún referente.

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