Valdano agitó un avispero peligroso

Ocurre que al Madrid le falta (o así se supone) un defensa central. Ocurre que uno de los buenos del momento pertenece al Valencia y se llama Ayala. Ocurre que ya este verano había estado en tratos con el Barça, mientras el Madrid andaba tras Milito. Ocurre que, una vez frustradas las dos operaciones (Ayala-Barça, Milito-Madrid) Valdano fue a por Ayala. Ocurre que no salió. Ocurre que Ayala se quedó en el Valencia. Y ocurre que se quedó frustrado, porque hubiera querido irse al Barça o al Madrid. Y esa frustración le produce dolores muy profundos, que los médicos no detectan.

Y en esas estamos cuando el Madrid tiene que visitar Mestalla, donde la afición más radical está en armas. El Madrid ya se llevó a Mijatovic, entonces en plenitud, del Valencia. Luego intentó llevarse a Mendieta, intento que no fructificó, pero que produjo resultados catastróficos para el Valencia: el jugador en el Lazio y el dinero por el traspaso sin llegar. Así que con Ayala llueve sobre mojado. Y el aficionado de a pie tiene ahora la mosca tras la oreja: ¿no será que el Madrid le ha pedido que aguante hasta diciembre como buenamente pueda para ficharle en el mercado de invierno?

Valdano agitó un avispero peligroso, y sin posibilidad de éxito. Por dos razones: en el momento histórico que vivimos, el Valencia tenía por fuerza que poner muy duro el traspaso; por otra parte, Florentino, y bien claro lo ha dicho, nunca va a hacer un esfuerzo serio por un central. Así que el intento sólo produjo decepción en el madridismo y mayúscula irritación en el valencianismo. Ahora el Madrid se desmarca. Dice que no lo quiere ni lo querrá en diciembre. Pero después del desmentido de Beckham, en el que pusieron más énfasis ¿es justo pedir que la hinchada del Valencia les crea?

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