¿Se imaginan un Madrid sin Di Stéfano?

Estaba en la comida. Silencioso, prudente, como es él. Le habían sentado en la mesa presidencial, pero no se hacía distinguir. Yo mismo tuve que decirle al vicepresidente de River quién era ese hombre tan discreto. "¡Ah! ¿Ese es Gento?" Y se quedó mirándole con arrobada admiración. También él llegó al Madrid hace cincuenta años. Florentino lo recordó a los postres y desencadenó con ello una ovación cerrada y profunda que le obligó a ponerse en pie. Sí. También Gento llegó hace cincuenta años. Jugó dieciocho temporadas. Ganó doce veces la Liga y seis la Copa de Europa.

Pero a él no le importa que los triunfos de aquella época se individualicen en Di Stéfano. Ni a él, ni al resto de compañeros de entonces. Todos le reconocen como el líder, el gran causante de los éxitos encadenados en aquellos felices años. Por bueno, por fuerte, por rápido, por combativo, por indesmayable. Gento mismo me lo dijo hace ya bastantes años. "Sin él no hubiéramos ganado todo aquello. Te hacía correr, luchar, desear la victoria". El único al que le pesa que se individualicen los éxitos en él es precisamente a Di Stéfano. Él piensa, a su vez, que sin sus compañeros no sería nadie.

Suele discutirse quién ha sido el mejor futbolista de la historia. Es una discusión ociosa. Pero la gala de la FIFA para otorgar los premios del siglo me hizo pensar. A la hora de elegir el mejor jugador hubo una pelea de vedettes entre Maradona y Pelé. Lo recordarán. A la hora de elegir el mejor club del siglo, no hubo duda: el Real Madrid. Di Stéfano recogió el trofeo, por decisión de Florentino. Di Stéfano subió satisfecho. A él nunca le importó ser el mejor, sino que su equipo fuera el mejor. Y lo fue gracias a él. Como dijo Florentino en su alocución: "¿Se imaginan un Real Madrid sin Di Stéfano?"

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