Ronaldinho da vida al Barça

Ronaldinho de Assís ya puede presumir de ser el crack que el Barcelona fue a buscar cuando Joan Laporta era un candidato a la presidencia. Tras dar muestras de su calidad en el debut liguero, en San Mamés (0-1), y marcar el gol del angustioso empate ante el Sevilla (1-1), el brasileño volvió a rescatar al equipo de la mediocridad en la que vivía el pasado domingo, en Albacete (1-2).

Cuando todos esperaban que fuera Patrick Kluivert, en su debut en esta Liga tras dos partidos de suspensión, quien mejorase la mediocre prestación ofensiva del Barça; cuando la alineación del tridente, con Javier Saviola, abrigaba las esperanzas del culé, tuvo que ser Ronaldinho quien sacara su genio y regara el césped del Carlos Belmonte con unos cuantos toques de gran clase. Un sombrero, algún pase mirando al tendido y dos intentos de asistencia (que no fueron gol por la ineficacia de los rematadores) convirtieron al brasileño del saludo surfista en el mejor de un encuentro soporífero primero y demasiado rudo al final.

Sobre el terreno, Ronaldinho genera en el Barça lo que Rivaldo hace dos años: mejora cada pelota que toca, y eso es algo que no ocurrió la pasada campaña, cuando el gran fichaje, Román Riquelme, fue convertido por Joan Gaspart y Louis van Gaal en un guiñapo comparado con el gran futbolista que deslumbraba en el Boca Juniors. Ronaldinho ha recibido la vara de mando del juego ofensivo del Barça y, de momento, la lleva con mano firme.

La contratación del brasileño, además, ha servido para que el culé recupere las ganas de pertenecer al club. Y que pague: desde su presentación, en julio, hasta el 1 de septiembre, casi 1.000 nuevos socios se han dado de alta en las oficinas del Barça. Muchos atribuyen el entusiasmo al efecto Laporta, pero el tirón de Ronaldinho está fuera de discusión.

Adaptado. El crack mediático habló tras el ensayo de ayer. Aceptó que el equipo se empeña en atacar por el centro ("tenemos que utilizar más las bandas"), se mostró inconformista ("nos faltan muchas cosas, como empezar bien los partidos pero también terminarlos bien") y se felicitó por su adaptación ("pensaba que necesitaría más tiempo, es gracias a los compañeros"). Y ni siquiera sintió envidia por el 7-2 del Madrid: "Me puso contento porque vi a mis compañeros, a mis amigos, jugar bien", dijo. Y sonrió. Como siempre. Como un crack.

Un gol que todavía hace vibrar al culé

Fue en la madrugada del pasado día 3, en el partido after hours entre el Barça y el Sevilla. El cuadro blaugrana caminaba hacia una derrota segura, incapaz de encontrar el abrelatas para llegar hasta el portero Notario, hasta que apareció Ronaldinho. El brasileño se fue por velocidad de un rival, dribló a otro y sacó un derechazo que cayó como una folha seca y se convirtió en el empate (1-1) tras dar en la base del travesaño. Pese a que han pasado casi dos semanas desde entonces, los aficionados del Barça, empujados a veces por algunos medios de comunicación, todavía siguen deleitándose con el recuerdo de semejante golazo.