Pavones al rescate

Florentino se salió con la suya. El primer experimento duro de pavonismo masivo lo saldó el Madrid con un empate en condiciones difíciles, más valorable porque estrelló dos balones en el poste. Y más todavía porque el gol del empate llegó en remate de un pavón de última generación, Núñez, al que desde ahora Queiroz tendrá más en cuenta. No lo llevó a China (tampoco a Borja, que también compareció ayer) y anoche salió al campo con el partido muy avanzado. (Salió por Portillo. ¿Por qué por Portillo?) Su impecable cabezazo evitó que el Madrid se apuntara una derrota.

Un gol importante. Porque si el Madrid llega a perder anoche se hubieran desatado muchas críticas. De momento, gran parte de la afición madridista desconfía del tremendo vaciado de la plantilla que se ha realizado estos días. Y el librillo de Queiroz no aparece aún por ninguna parte. Además, el Villarreal fue menos de lo que su mejoradísima plantilla prometía. Fue exactamente nada, salvedad hecha del maravilloso gol de Anderson. Pero el pálido partido del Madrid fue remediado por un arreón final liderado por Beckham y premiado con el bonito cabezazo de Núñez. Y Florentino, feliz.

Y es para estarlo. Sus pavones sacaron pecho y salvaron la cara, aunque sus méritos fueron desiguales. Y aunque, en justicia, el mejor fue Michel Salgado, que no es ni un zidane ni un pavón, sino uno de los pocos supervivientes junto a Helguera, Cambiasso y Solari de la empequeñecida clase media de este Madrid en el que Queiroz sigue a la búsqueda de soluciones. Pero que va saliendo adelante. Sin Ronaldo, sin Roberto Carlos y también sin Zidane, sacó un empate que vale un punto y mucha tranquilidad. Y lo sacó gracias a los pavones, que acudieron oportunos al rescate.

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