La difícil integración de Beckham

Me lo dijo un amigo con el que estaba viendo el partido de Mallorca: "Caray, este Beckham se vino porque le quitaba Ferguson y ahora resulta que le quita el machaca de Ferguson". La misma idea manejaba Guasch ayer en su impagable Orsay. Rey en Asia, Beckham se ha convertido en paria en España. En los dos partidos, Valencia y Mallorca, el público local la tomó con él. En los dos partidos Queiroz le sustituyó el primero. En los dos (más en el primero que en el segundo) se le encontró desconcertado. Sin sitio, sin forma de sentirse útil. Hasta le han quitado los córners y las faltas.

No hay que sacar conclusiones prematuras. A Zidane también le costó mucho encontrar su puesto en este equipo. Sus primeros partidos no fueron buenos y se produjo la misma reacción que ahora: ¿de verdad hacía falta este fichaje? ¿No jugaba mejor el equipo con Guti? Ahora Zidane es el mejor del equipo, una vez superado un periodo de adaptación que a los tímidos les cuesta más. En las mismas anda Beckham, pero lastrado por más inconvenientes: el idioma, la vida todavía en el hotel, el cerco de los paparazzi, la evidencia de que los públicos la toman con él.

Por eso Queiroz no estuvo fino quitándole en Mallorca. Ya lo había hecho en Valencia, donde estuvo demasiado pasivo y se lo mereció. Pero aquello (era un partido amistoso) valía como advertencia. Repetir la sustitución en Mallorca, ya en partido oficial, tuvo un carácter excesivo. Beckham no estaba siendo el peor, ni siquiera el peor de los galácticos, no merecía ser señalado por el dedo infamante de la sustitución. Y menos si consideramos que su mal rendimiento se debe al tremendo caos que es el Madrid de hoy, donde media docena juegan de lo mismo: de a mí al pie y que corran los demás.

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