Un principio y un problema

Apuesten sobre seguro: el Madrid no va a mejorar el contrato de Makelele. Tampoco lo hubiera hecho aunque el jugador no hubiera cometido la indisciplina de ayer. Para el Madrid el asunto está claro: el jugador fichó hace tres años por seis temporadas. Fichó por una cantidad que le pareció bien y que desde luego es muy superior a la que cobraba en el Celta. Fichó para hacer lo que está haciendo: jugar de titular, con esfuerzo y acierto. Nada ha cambiado en sus condiciones de trabajo. Han venido, sí, otros jugadores que ganan más que él. Porque tenían más fama y arrastran más.

Y además: Makelele también cobraría lo que cobra si las cosas le hubieran ido mal. Si fuera suplente, si se hubiera lesionado gravemente, si estuviera enfermo. Macca, Morientes, César, Celades y otros cobran cantidades muy importantes, y no las devuelven al ver que son suplentes. El club se atiene a los contratos en un caso y en otro. Pero los jugadores conciben que los suyos con contratos de mínimos: esto cobro si soy un manta o me lesiono; pero si triunfo me tendréis que dar más. Eso no es serio ni el fútbol puede ser viable si se abandona continuamente a esos chantajes.

Pero una vez sentado el principio, es indudable que el Madrid tiene un problema. Makelele hace bien lo suyo. Y aunque lo suyo valga menos que lo de un galáctico, es necesario. Y una vez vendidos Geremi y Flavio tiene difícil suplente en el club. Quizá Borja, al que veremos que ha sido un error no llevar a la gira. El Madrid tiene una enorme fuerza creativa, pero donde anda más escaso es en la recuperación, y la pieza principal en esa tarea era precisamente Makelele. Acaso porque lo sabe ha pretendido abusar de ello. Quién sabe si el Madrid empieza a echar de menos la mano izquierda de Del Bosque.

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