Con buenos consejeros

El presidente del Real Murcia es un hombre hábil en los negocios y aunque cuando llegó a la entidad grana esto era un pozo sin fondo de poner dinero, algo le vería para pensar que aún se podía salvar algo de aquel Real Murcia que se moría sin remisión. Por entonces, todos decían que era un enfermo en la UVI, pero tampoco ha tardado tanto en que le dieran el alta y salir a la calle para codearse, no con cualquiera, sino con los más grandes de España. Jesús Samper iba mandando emisarios a Murcia, personas de confianza que le mantenían permanente informado de lo que sucedía y la verdad, no era nada bueno, pero fiel a su instinto, perseveró en el intento de hacer un hombre de provecho de este enfermo.

Primero fue Serantes, que debió asustarse mucho cuando vio la caja llena de facturas y telarañas, testimonio fidedigno de que hacía muchas temporadas no entraba ni un duro en la caja. Los hombres de confianza del presidente grana seguían aterrizando. Joaquín Romeu, primer mandatario grana desde que llegó Santa Mónica, representó durante un tiempo la cara amable de la empresa. Y los hombres fuertes del presidente seguían el camino de los anteriores y llegaban a Murcia con la intención de hacer del enfermo un club grande. Pero la familia en el consejo no estuvo completa hasta Juan Antonio Samper, hermano y persona de confianza del presidente. Con buenos consejeros, también es más fácil ganar partidos.

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