El papelón de Hierro y todo lo demás

«Lo comentaba en esta columna pocos días después del partidazo de Manchester: en el Madrid se le concede a Hierro consideración de Macho Alfa de la manada y hace tiempo que eso es pernicioso. Con la pareja Pavón-Helguera funcionando bien no había ninguna prisa para devolverle la titularidad. Su lentitud es clamorosa y consignarlo así no debe ser tomado como ofensa a su trayectoria, ejemplar por muchos conceptos. Pero no es el que fue, e ignorarlo es absurdo. Y mantenerle contra viento y marea es exponer al equipo a destrozos como el que sufrió anoche. O más graves.

«Porque el Madrid es muy bueno, pero ante según quién no le sobra tanto como cree. Ayer jugó primorosamente durante el primer cuarto del partido, pero el Mallorca no llegó a desordenarse del todo ante tal avalancha de buen juego. Y cuando pudo empezó a salir, a tocar, a mover. A jugar al fútbol, en definitiva. Empezó por dejar de verse zarandeado y poco a poco se fue creciendo. Luego, ya en la segunda mitad, el Madrid le regaló un gol y eso fue como un toque del Séptimo de Caballería para los mallorquines, que hicieron historia en medio partido.

«Pero hay más culpas, aunque Hierro se llevara las peores broncas. El Madrid salió jugando de maravilla pero, conseguido el primer gol, se entretuvo demasiado en un juego de virguerías poco directo, muy bello, sí, pero que acaba por provocar somnolencia en los mismos que lo practican. Y cuando se vio por detrás en el marcador hizo lo contrario: atacar en malón, sin toque, sin pausa, con una prisa loca y sin la menor cautela. Por ese desorden se colaban como flechas los pases de Ibagaza y las carreras de Etoo. Las condiciones ideales para poner en evidencia a Hierro.

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