El reencuentro con Redondo y algo más

La primera decisión de Florentino fue polémica: aceptar una oferta del Milán por Redondo, jugador muy querido de la afición. Dada su edad y el dinero que le ofrecían, a Florentino le pareció una buena operación. Pero se armó un revuelo que ni él mismo esperaba y acabó gastando mucho más en los fichajes de Makelele (ya programado) y Flavio (improvisado) para tapar el agujero. Aquello queda lejos y a aquella decisión le han seguido otras brillantísimas. La deuda ha desaparecido y muchos de los mejores jugadores del mundo están en el Madrid. Pero a Redondo se le recuerda.

Tocó una tecla del madridismo, sin duda. A mí siempre me pareció un jugador sobrevalorado. Magnífico en el quite y para tener el balón, pero de juego corto. Impagable para el control del partido, pero ofensivamente casi irrelevante. Mejor en los partidos grandes, que suelen ser tácticos, pausados y temerosos, y que suelen llegar a final de temporada, cuando la fatiga general baja el ritmo. Allí su personalidad se imponía. Pero lo que más gustó de él fue su elegancia, física y espiritual, y quizá haya sido esto lo que le haya hecho ser visto como mejor de lo que yo le veo.

El caso es que vuelve al Bernabéu, y ahora como enemigo. Será la columna de la que cuelgue ese Milán que vive días felices, como renovador del calcio. El Milán ha frenado y ha cambiado de dirección, y su movimiento es seguido por otros en el calcio. Menos presión, más fútbol. Rivaldo, Rui Costa, Seedorf (otro de la séptima)... Gente para jugar en lugar de gente para combatir. Un equipo grande por historia y por presente. Un partido de lujo en el que el Madrid vuelve a jugarse el paso a cuartos de final en este grupo que tanto se le complicó en la primera vuelta.

Lo más visto

Más noticias