Pino Zamorano no agrada al Madrid

Los tópicos en torno a los presuntos favores arbitrales que históricamente ha disfrutado el Real Madrid saltaron por los aires la pasada temporada gracias a Alfonso Pino Zamorano. Un árbitro madrileño, confeso seguidor atlético, que falseó su domicilio para inscribirse en el Colegio Castellano-Manchego para ascender más rápido a la élite arbitral. Debutó en Primera hace cinco años en El Molinón (Sporting 2, Betis 3) al ser uno de los pocos esquiroles que aceptó pitar ante la huelga convocada por los árbitros de la máxima categoría. Él estaba en Segunda B...

Hoy pitará el Racing-Real Madrid y ninguno de los dos equipos está muy convencido de que su actuación pase inadvertida. Sería lo ideal, pero sobre todo en el Madrid, aunque su código ético le impida decirlo públicamente, no ha gustado cruzarse de nuevo con este funcionario de 30 años. Eso sí, de casta le viene al galgo dado que su padre, Tomás Pino Casado, fue árbitro de Primera entre 1990 y 1992.

Los madridistas no olvidan sus dos arbitrajes de la última Liga, padecidos ante el Betis y el Sevilla. Ante los verdiblancos anuló un legal de Solari que hubiera supuesto el 2-0 y castigó al Madrid con un penalti cometido por Makelele fuera del área. Ante el Sevilla, el Madrid consiguió precisamente su última victoria liguera lejos del Bernabéu (0-1), pero los blancos recuerdan con amargura como perdonó la expulsión a Víctor Salas, Fredi y Juanmi tras tres entradas alevosas sobre Zidane, Raúl y Helguera. Lo deseable es que Pino consiga que nadie se queje hoy. En su caso, sería de matrícula.