NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Un psicópata del área

Con el globo de Ronaldo desinchándose a la misma velocidad con la que Gento surcaba la banda izquierda, la intentona del Real Madrid por fichar a un psicópata del área como Mario Jardel me permite recuperar la sonrisa. Lo políticamente correcto sería decir que lo de Ronaldo ha quedado como un magnífico tormentón de verano que ha servido para llenar las portadas y hacer caja. Pero se equivocan. Lo de Ronaldo era (y ojalá sea... todavía) una necesidad para un equipo diseñado con mayúsculas, pero que está escrito con algunas erratas preocupantes. Portillo es el futuro y por ahí no hay problema alguno. Pero con Morientes, uno de los mejores arietes del Mundial de Japón y Corea, el velero del campeón de Europa hace un zig-zag en su travesía que conviene atajar Tiene todo para triunfar, pero nunca explota.

El Moro tiene una oportunidad para reivindicarse como hizo Zamorano, con Valdano de entrenador en el banquillo del Bernabéu, en el verano de 1994. El chileno no era de su agrado y a Mendoza le ofrecieron a Eric Cantona. Palabras mayores y cuellos arriba. Normal la elección del actual director deportivo. Pero el francés de mirada despiadada dio calabazas al recordado Tío Ramón y Valdano reaccionó con coherencia. "Iván, demuéstreme que estoy equivocado con usted". Y lo hizo. El chileno fue Pichichi y marcó ante el Depor el gol que dio paso al alirón liguero.

Morientes podría aferrarse a semejante lección de pundonor y autoestima. Pero tengo mis dudas. Sé que se ha sentido maltratado por haber entrado en las quinielas del fichaje de Ronaldo y por ser actual objeto de deseo del Tottenham. Pero el Moro debe entender dos cosas. Primera: estar en la pomada demuestra que sigue siendo de los goleadores más cotizados de Europa. Segunda: en el Bernabéu tiene dividida a la afición, y quizás en otro nido podría explotar todo su talento natural para el gol. Por eso creo que la opción de Jardel es inteligente. Brasileño (un aval), goleador enfermizo (los mete hasta con la nuca), barato (no cuesta más de 2.000 kilos) y habla la lengua de Ronaldo. Suficiente.