Centenario, y a por todas

Portugal, FITUR, el Bernabéu, Florentino y el Centenario te estarán eternamente agradecidos. Luis Figo se colocó anoche la capa de Superman, se echó el Madrid a sus espaldas y lideró la clasificación del gigante blanco para la primera final de año mágico. El Athletic supo aprovecharse de los problemas físicos de Zidane y la magnífica labor de Alkiza en la medular para alimentar las falsas esperanzas del antiguo monarca de esta competición.

Pero el Madrid es un valor fiable, seguro y en alza. Darle por muerto es un error que se paga muy caro. Con 0-0 en el marcador, el Athletic contemporizó y se relajó mientras Figo se dejaba la vida buscando petróleo en medio del desierto. Sin la magia de Zidane, con Raúl mermado físicamente y Morientes sin ver puerta, Figo fue el profeta empeñado en mostrar el camino hacia la final de la primera gran cita del Centenario.

Con una rosca endiablada, Figo forzó a Larrainzar a meterse un autogol que iluminó las bombillas de los fastos del histórico cumpleaños madridista. Quizás no era justo en ese momento, pero el Madrid de Vicente del Bosque es así. Siempre mira adelante. Forcejea y nunca pierde la cara a los partidos. Por eso cuando Raúl puso el 2-0 ante una ingenuidad de Aranzubia, el héroe de San Mamés, todos coincidimos en algo. Por mucho que les pese a los que sólo conciben este espectáculo como un negocio sin argumentos futbolísticos, la final del Centenario no corría el menor peligro. Esto es el Madrid, el Bernabéu. Cien años de historia esplendorosa. Depor, aquí te esperan el 6 de marzo. La fiesta continúa... en blanco.

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