El Bernabéu, determinante
Ya lo dijo Raúl en la víspera del gran partido: "Esto se resolverá en el Santiago Bernabéu". Efectivamente, este Athletic-Real Madrid se ha planteado con la intensidad, la expectación y las premisas más propias de una eliminatoria estrella de la Champions League.
El primer asalto de San Mamés demostró que, sobre la lona, el campeón de Liga es muy superior si juega con los cinco sentidos, pero bastó que Del Bosque enviase a la ducha precipitadamente a Helguera y a Zidane para que el trasatlántico blanco mostrase varias averías de agua y evidenciase que sin el Once de Fama este Madrid devalúa el valor futbolístico de sus acciones de una forma alarmante.
El Real Madrid golpeó primero gracias a Zidane, pudo sentenciar el partido tres veces más si no llega a ser por la excepcional actuación de Aranzubia ante Morientes, y terminó pidiendo la hora para evitar un destrozo que pudo decapitar el sueño de ganar la Copa del Rey durante el Centenario. El Madrid perdonó la vida a su enemigo como los gladiadores más románticos y sensibleros del coliseo romano, pero que nadie olvide que se guarda la mejor bala en la recámara: el Bernabéu. En su pasarela estrella, en su estadio talismán, el Real Madrid remontará esta mínima desventaja. Como siempre. La Copa del Centenario no corre el menor peligro.