JUEGOS PARALÍMPICOS TOKIO 2020

Adi Iglesias e Iván Cano relanzan a España gracias a sus dos platas

Adi firmó un 'doblete'. A su oro en 100 metros se suma la plata de este sábado en los 400. Otro debutante en estos Juegos, Iván Cano, se hizo con la plata gracias a un salto de 7,04 metros.

Tokio

España ha vuelto a tomar impulso. Las platas de Adi Iglesias e Iván Cano han relanzado al equipo español, después de la jornada en blanco del viernes. Ahora se pone en 35 medallas: nueve oros, quince platas y once bronces. La atleta consiguió un segundo puesto en la prueba de 400 metros T13, después de una emocionante pugna con la azerbaiyana Lamila Valiyeva y firmando un tiempo de 55.53, su mejor marca personal. Mientras que Iván Cano se hizo con la plata en el salto de longitud T13, gracias a un gran segundo salto de 7,04 metros.

Esta plata supone el 'doblete' de Adi Iglesias en sus primeros Juegos. Ya voló en su estreno en los 100 metros y se colgó el oro. Estos metales no hacen más que confirmar las sensaciones del Mundial de Dubai 2019, donde se hizo con dos medallas de plata en 100 y 200 metros T12. El pasado mes de junio también se adjudicó dos oros (100 y 400 metros) en el Europeo de Bydgoszcz (Polonia).

"Cuando acabé la carrera me tuve que tumbar y todo. Estoy empezando en el 400 y el ritmo no lo llevo muy bien. En los últimos 80 metros he empezado a sentir el ácido láctico y me pesaba todo el cuerpo. He intentado luchar hasta el final, creo que lo he hecho bastante bien y he llegado con la sensación de haberlo dado todo", explicó, feliz por su 'doblete': "Ahora mismo no tengo palabras. Ni siquiera he celebrado la del 100 por no desmadrarme. Me he contenido un poco. Ahora empezaré a entender realmente lo que he hecho. Son dos medallas y eso son palabras mayores".

Su vida da para escribir un libro. Nació en en Bamako y su albinismo la ponía directamente en el punto de mira. Allí se les persigue para matarlos o amputarlos algún miembro, usándolo como amuleto contra la mala suerte. Eso hizo que no saliera de su barrio y que sus padres decidieran enviarla a España donde residía uno de sus hermanos. Las cosas no fueron bien en España y terminó en un centro de menores. A los 14 años su camino se cruzó con el de Lina, su madre adoptiva y ella se convirtió también en su hada madrina. Impulsándola en sus sueños.

Adi apostó por el atletismo, deporte que veía borrosamente en su Mali natal siendo sólo una niña. Su talento innato la hizo ganar carreras y autoestima, la misma que la trajo volando a Tokio, de donde se marchará con dos medallas al cuello.

Para Iván Cano será la primera. Su segundo salto de 7,04 metros le hizo aterrizar directamente en el segundo cajón del podio. El alicantino ya había conquistado otra plata esta temporada en el Europeo de Bydgoszcz y antes, en el Campeonato del Mundo de Dubai 2019, un bronce con la misma marca que este sábado.

"No tengo palabras lo que es estar aquí. No lo voy a olvidar en la vida. Llegaba más confiado que otras veces. Sabía que si hacía las cosas bien podía optar a todo. Al final, esa es la clave, creer en ti mismo. Estoy en un proceso de adaptación y creo que con el tiempo podré hacer saltos más largos. En el quinto salto me he doblado un poco el tobillo. Esperemos que no haya sido nada, pero son cosas que pueden pasar. Menos mal que no ha sido en el primero...", explicó.

Iván, de 26 años, dio sus primeros pasos en el taekwondo, pero fue llegar al cinturón negro y perder esa adrenalina. Esa pasión. Necesitaba nuevos retos y de aquellas llegó el salto de longitud. El atleta nació con albinismo oculocutáneo y la fotofobia le obliga a llevar gafas de sol, aunque confiesa que le gusta. Eso, unido a sus músculos y sus condiciones físicas, hace que sus compañeros le apoden 'The Rock'.

Este graduado en Telecomunicaciones, que de niño se debatía entre ser médico o constructor de barcos y ahora cursa Física, es de esas personas que puede presumir de conocer a sus ídolos. La pared de su habitación tiene un póster del cubano Iván Pedroso —campeón mundial en nueve ocasiones— y ha recibido algunas Master Class suyas. Y es que Pedroso y su entrenador, Sergio Berbegal, son amigos. Inspiración para un atleta que ha dado su salto a la gloria.