Konnichiwa, Pau
El pívot cumple ante un peligroso anfitrión, Japón, el sueño de alcanzar sus quintos Juegos. España, aun bajo el estado de shock por el caso Juancho, alerta para evitar sorpresas.
La historia saluda a Pau Gasol Sáez, que este lunes (14:00 horas) cumplirá, a sus 41 años, el sueño de participar en sus quintos Juegos Olímpicos en cuanto salte a la cancha para medirse a la anfiriona Japón. El pívot de Sant Boi ha desafiado a la lógica, se ha sorprendido a sí mismo y, después de dos años de parón en los que la retirada parecía la única salida, pondrá los pies en el Saitama Arena, una manera especial de cerrar otro círculo. Allí se convirtió en leyenda con el MVP del Mundial 2006.
Pero Gasol no ha aterrizado en Japón a rellenar el papel que dice que ha jugado sus quintos Juegos. Él es el viejo líder de una generación de competidores que persigue la cuarta medalla consecutiva del baloncesto español en un torneo corto y al filo de la navaja que no permite errores. Esta vez, España ha acelerado un punto su preparación, más diesel en otras ocasiones, para llegar engrasada.
Espera Japón, selección 42 del ranking FIBA que se ha reinventado con Julio Lamas. Un equipo más alto, pero también versátil, con dos amenazas: Hachimura y Watanabe. Pero tambén con un grupo de meritorios (Edwards, Baba) que la cnvierten en incógnita. Recientemente, le han ganado a Francia. Está llena de jugadores multi-función y, más allá de que no juegue arropada por su público, está en una misión y se siente legitimada para soñar en algo grande.
España está aún bajo los efectos del caso Juancho, una de esas historias sólo posibles cuando las franquicias NBA entran por medio. Del sí de La Vegas se ha pasado al no final de Tokio. Juancho no estará en los Juegos, y desde Valencia voló Xabi López-Arostegui para cerrar la lista de doce. Scariolo hará lo que sea necesario para que el episodio no afecte a sus jugadores. España viene de una preparación correcta y tiene buenas intuiciones. Ricky demostró en París que, después del MVP del Mundial, tiene hambre de gloria olímpica. Los veteranos (Rudy, Chacho, Claver, Llull, Marc) se sienten también delante de una última oportunidad y, junto a Pau, quieren arropar al base de El Masnou, en cuyas manos va a estar gran parte del futuro de la Selección, que una vez más tiene a un país detrás, soñando con repetir aquellas mañanas y mediodías memorables de Saitama en 2006 y Pekín en 2008 y 2019. Asia les inspira.