Hugo González: "Nadie puede compararse a Dressel, es único"
El nadador mallorquín debuta este domingo en los 100 espalda (a partir de las 12:00) y aspira a nadar la final de los 200 estilos. Se muestra confiado en hacerlo bien.
Hugo González era un nadador júnior en los Juegos de Río en 2016 que prometía por sus éxitos en su categoría. Tanto en 2015 como en 2017 fue uno de los más destacados en su grupo de edad. Cinco años después de su primera aventura olímpica en Brasil, el país de nacimiento de su madre, el mallorquín (1999) afronta con madurez y con el aval de sus tres últimas medallas (50 y 100 espalda y 200 estilos) en el Europeo de Budapest los Juegos de Tokio. Estudia y se entrena con medallistas olímpicos en California (Estados Unidos). Ahora quiere sacar el potencial que lleva dentro.
¿Cómo llega a Tokio después de sus últimas semanas en Estados Unidos?
Todo fue bastante bien. Tuve dudas. La primera parte de la temporada la hice en Estados Unidos, pero luego volví a España para competir en el Europeo. No sabía qué hacer antes de los Juegos, pero confié en el trabajo que hice en California. He estado una semana con Dave Durban (su entrenador); luego estuve con su asistente. El trabajo es de mucha confianza. Vine a Yamaguchi (Japón) con entrenamiento de California.
¿Qué destaca de su entrenador, uno de los tótems de la natación estadounidense?
Lo mejor es su manera de tener todo controlado. Cuando lo escuchas, da la sensación de que tiene todo en cuenta. Él lo sabe todo: sabe cuándo descansa, cuándo no, cómo te van las pruebas y las sesiones. La confianza es absoluta. Eso es genial. Tiene al equipo universitario, al de profesionales, a los jóvenes y a algunos extranjeros. Hace muchas cosas pero todas las hace bien.
¿Qué supone poder entrenar con medallistas y campeones olímpicos?
Es indispensable pero ayuda muchísimo a tener gente y con buen nivel. Si un día no vas bien no vas a poder esconderte. Luego, el nivel general aumenta, y ellos mismos te empujan y te animan. Yo también lo hago cuando van bien las cosas. Esta gente tiene experiencia. Nada distinto al resto, son rápidos, pero son otros compañeros igual que todos.
Hablemos de sus pruebas, ¿qué objetivos se plantea en los 100 espalda?
El objetivo es hacer algo bonito. Quizás tengo mejores resultados en los 200 estilos, pero preparo igual el 100 espalda. Tengo que meterme en la semifinal y luego ir a la final y luego quedar lo más arriba posible. Mis planes no varían.
¿Le ayuda haber estado en Río en su primera experiencia olímpica?
Sí, me ayuda haber estado en unos Juegos. Esto no es nuevo. Conozco la competición y sé que no puedes hacer caso al ruido. Al final es una prueba más, hay piscina, agua y debo nadar rápido, sin más.
¿Se ve con una medalla?
Lo afronto con la misma mentalidad que en el Europeo. No iba a por una medalla, sino que el objetivo es ganar al de al lado, competir, no debo fijarme en el resultado. No puedo saltarme pasos, el resultado es lo último en lo que me puedo fijar. Me alegro de que me consideren candidato a medalla, pero me quedo con lo que hacemos cada día. Nunca busco medallas, busco nadar lo mejor posible y nadar en buenas marcas. Y eso es lo que quiero.
En los 200 estilos llega con una marca para nadar final y pelear por la medalla. ¿Cómo lo ve?
Es mi favorita, no porque se me dé bien, sino porque hago de todo. Me gusta mezclar cosas. La sensación es como si fuera nadar un 150: es muy rápida, pero no es corto ni largo, y se Se mezcla todo.
Usted ha nadado en 1:56.31 en los 200 estilos y el récord mundial está en 1:54.00. ¿Cree que puede bajar de 1:55?
Lo veo. Estoy a un segundo y poco, aunque en el agua parezca más. Considero que ajustando parciales puedo hacerlo en unos años. No quiero fijarme el límite, eso me ayuda a mi mentalidad.
¿Qué opina de Dressel y cómo recuerda sus carreras contra él en EEUU?
Tuve una experiencia cercana. El 200 estilos que nadé contra él en mi primer año en Estados Unidos, cuando estaba con Sergi López en Auburn. Dressel batió el récord americano, fue impresionante. Lo hubiera podido preparar aún más. Él está en buena posición y seguro que saldrá satisfecho. Su manera de nadar es única. Nadie se puede comparar a Dressel, tengo ganas de lo que pueda hacer muy bien.
¿Qué importancia tiene su familia en su carrera especialmente los dos últimos años?
Sin mi familia no estaría aquí, especialmente por todo lo que me ayudaron el año pasado cuando estuvimos en confinamiento. Volví de Estados Unidos a Madrid. Estuve confinado con mi padre y mis dos hermanos. Desconecté de la natación y lo cogí todo con más ganas. Tenía mis dudas.