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NATACIÓN

El momento Hugo

El nadador, después de conseguir tres medallas en el último Europeo, llegará a los Juegos de Tokio con registros que le pueden clasificar para las finales.

Hugo González.
ANGEL SANCHEZ

Hugo González nació en Mallorca (1999) y vivió sus primeros años en Murcia, pero se escolarizó y asentó en Madrid, donde adquirió unas habilidades en la piscina que le convirtieron en campeón mundial júnior y, el pasado mayo, en campeón de Europa absoluto. Una progresión de 2015 a 2021, seis años en los que el espaldista, que reside en la localidad de Rivas, ha pasado por altibajos, propios de la edad y de una manera natural de entender el deporte a edades universitarias. Una mentalidad que también la ha adquirido en Estados Unidos, donde estudia Ingeniería Informática desde 2017.

Allí, en la tierra de los Spitz, Phelps, Lochte, Ledecky o Dressel, González de Oliveira ha pasado por hasta tres universidades en un ciclo olímpico marcado por los cambios y la COVID-19. Primero, en septiembre de 2017, se inscribió becado en la Universidad de Auburn (Texas), atraído por el medallista olímpico y ahora entrenador clásico en EE UU Sergi López. Una relación que duró un año. El técnico fichó por la Universidad de Virginia, por lo que el nadador le acompañó en el curso 2018-19, aunque a mitad de año decidió cambiar de nuevo.

En la campaña 2019-20 se matriculó en California, en la Universidad de Berkeley, junto al reputado preparador Dave Durvan. Allí, y después de largos periodos en Madrid por la pandemia, el mallorquín está rebajando todas sus marcas personales y llega a Tokio 2020 con opciones de entrar en alguna final. “Nadaré para dar el máximo, no quiero fijarme objetivos”, dijo Hugo González en una entrevista en AS.

Por talento en el agua y por éxitos conseguidos a edades tempranas, Hugo González es el nadador español con el mayor potencial para acercarse a los éxitos internacionales de Mireia Belmonte, abanderada en Tokio 2020. Pero su manera de entender el alto rendimiento es distinta, dos modelos incluso antagónicos. “La natación no es un deporte profesional en España, perdimos las dietas incluso. No considero que deba llevar esa presión, yo nado para disfrutar y por la gente que me apoya. Es más fácil ver la natación como un disfrute. Ahora estudio... No vivo de ello, como Hosszu o Mireia. Ya se verá en el futuro si llego a ese nivel y la natación se convierte en algo muy serio”, comentó el balear.

Pese a eso, y después de sus últimas marcas, Hugo González acude a Tokio con un programa ambicioso y con una temporada en ascenso. El primer fin de semana de junio, en el Trofeu Ciutat de Barcelona celebrado en Sant Andreu, batió el récord español de los 200 estilos (1:56.31) con una marca que le hubiera valido la plata en los pasados Juegos de Río, solamente por detrás de Michael Phelps. En los 100 espalda, los 52.90 que marcó en el Europeo le habrían valido para ser séptimo en Brasil. Al margen de ambas pruebas, González sería inscrito en los 100 mariposa.

Hugo González.
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Hugo González.Ivan Terron

Otra de las claves del paso adelante y del buen rendimiento de nuevo son las sensaciones con el equipo español. Aplaudido por sus compañeros en el hotel burbuja de Budapest, el nadador realizó varios días un speech después de las finales, en los que elogiaba el trabajo de los fisioterapeutas, los entrenadores y sus compañeros. Para que Hugo se motive y nade cómodo, debe estar en un hábitat adecuado. Él mismo lo ve así: “Hay gente a la que le funciona practicar la natación como si fuera un trabajo solitario. Para mí es mucho más fácil abordarlo como un juego de equipo, con gente a la que quieres y que te apoya, buscando mejorar los resultados de todos, no solo los tuyos”.

Ese carácter es el que ha ido acompañando a Hugo González desde infantil, aunque también ha habido otros episodios más polémicos con la Real Federación Española de Natación (RFEN), con la que siempre ha mantenido las distancias, como en el último Europeo: “Hay cosas a mejorar. Me he tenido que pagar el vuelo de Estados Unidos a Madrid. Y luego nos gustaría recuperar cosas que se tenían. Con alguna compensación, estaríamos más apoyados”, explica el talento mestizo, fabricado con sus experiencias en Mallorca, Murcia, Madrid, Auburn, Virginia o California. Como Madrid, Hugo es de todos y de nadie.