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JUEGOS OLÍMPICOS | BALONCESTO

Confianza ciega en Marc

Pese a acusar la inactividad competitiva que ha tenido en los Lakers, nadie duda de su rendimiento, menos después del ejemplo del Mundial de China.

Marc Gasol se saluda con Draymond Green en el Estados Unidos-España.
Ethan MillerAFP

Marc Gasol empezó la gira de la Selección a principios de julio, literalmente, colgado de la red. Así vivió la presentación de sus compañeros en el España-Irán que se jugó en Valencia. Han sido tiempos relativamente difíciles para Marc este curso. Pero después de algunas dudas, el pívot de Sant Boi terminó por subirse al tren. Y tomada la decisión, y según palabras de Scariolo, se le cambió la cara.

Marc no ha jugado a un gran nivel los cinco amistosos de la Selección antes de los Juegos de Tokio. Aun así, en ninguno ha tenido valoración negativa (7-13-21-0-11). Pero es cierto que sus porcentajes no han sido los mejores y que ha perdido algún balón de más (cuatro en el partido contra Estados Unidos para un total de nueve en los cinco primeros partidos). "Está comprometido", avisaba Pau Gasol en la entrevista concedida a AS hace unos días. "Tiene ganas de hacer algo especial en los que pueden ser, seguro..., posiblemente, sus últimos Juegos".

Marc ha tenido un año de esos que empiezan a ser complicados de asumir a ciertas alturas de una carrera. Por todo. Su participación en los Lakers ha ido cayendo y lo que parecía ser un movimiento ilusionante en la búsqueda de un segundo anillo, ha terminado por resultar frustrante. Apenas 52 partidos jugados con la menor media de minutos (19,5) de su trayectoria en la NBA, aunque es cierto que en Toronto su participación en minutos ya había descendido. Su rol en las finales contra los Warriors, sin embargo, todavía había sido importante. Marc es un pilar de la Selección. El pívot titular y un jugador que ha llegado a un nivel de entendimiento y de feeling altísimo con el seleccionador, a quien une una relación especial desde hace años, y más desde que el destino los juntó en los Raptors, movimiento en el que el italiano empujó lo suyo. Hay confianza ciega en Marc porque también le costó encontrar su punto en el Mundial de China, pero lo hizo justo cuando más necesitó la Selección, en la segunda parte del partido ante Australia. Fue la noche de la "norma del ketchup", como bautizó Scariolo. 33 puntos metió Marc en 39 minutos. Pero su importancia estuvo siempre. Contra Polonia, en cuartos de final, España había hecho un +22 con él en la cancha, una demostración del valor de sus intangibles y de su conocimiento del juego. En Tokio, Marc también va a jugar un papel determinante. El objetivo es que encuentre su punto físico y su talento innato para entender el juego y hacer funcionar la máquina de la Selección. De Saitama, como su hermano Pau, Rudy y el Chacho, tiene los mejores recuerdos.