Una Real pragmática

Después de la victoria en Butarque frente al Leganés, la conclusión que podemos sacar es que esta es la Real que queríamos ver desde el principio de temporada. Una Real en la que podemos confiar, que es fiable, vaya donde vaya y juegue contra cualquier quien juegue. Parece que el palo duro que supuso la derrota en el derbi vasco en San Mamés, y la manera en la que se perdió, le ha dado alas, porque suma ya cuatro victorias consecutivas desde entonces. Y cuando decimos que esta Real es la que todos queríamos ver desde el principio, no solamente es porque queremos verla bien con balón, algo que ya sabíamos que era capaz, es porque podemos decir que sin balón ya es un equipo fiable, el paso adelante es más que evidente.

Como suele repetir de manera incesante Imanol, los partidos se deciden en las áreas y la Real ahora en su área es muy fiable, y en la rival también porque aprovecha las ocasiones que tiene. Pero sobre todo porque es un equipo que, cuando el partido se le pone cuesta arriba, es capaz de remangarse y de trabajar el encuentro, de tener un trabajo solidario y saber sufrir, que quizás era lo que nos costaba al principio de temporada. Así que la victoria en Butarque, más allá del 0-3, que quizás puede parecer engañoso porque el tercer gol llegó en el tiempo de descuento, lo que nos dice es que la Real ha vuelto convertida en un equipo pragmático, que sabe sacar partido de sus virtudes y anular las del rival, porque sólo así se pueden conseguir las victorias. Y esto quiere decir que la Real va a más y que tenemos que aspirar a todo, y cuando decimos todo es incluso a la Champions, aunque ahora parezca que está un poco lejos.

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