Una máxima que no tiene fin
El Eibar vuelve a dejar escapar dos puntos tras recibir un nuevo tanto en los últimos 10′. Junta el 43% de los goles encajados en ese tramo.
Que el Eibar no sea capaz de cerrar los partidos no es ninguna novedad. En los últimos parece haber desarrollado una fobia con los minutos finales, donde cualquier tanto inesperado siempre ha jugado en su contra. El ascenso fallido en Santo Domingo, la prórroga que permitió la promoción del Girona o la última remontada perica en Ipurua son algunos de los ejemplos. Los fantasmas no desaparecen del templo eibarrés y este pasado sábado volvieron a hacer acto de presencia. El cuadro guipuzcoano estaba a tan solo unos minutos de partir hacia el parón navideño con una victoria que recargaría el ánimo de toda la comunión eibarresa, pero la volea de Pablo Insua trituró cualquier ápice de ilusión. A diez minutos de concluir, el central se deshizo plácidamente de su marca y, completamente liberado, acomodó el interior para negarle dos puntos al Eibar.
Porque el sábado los armeros sumaron mucho menos que un solo punto. Estaba todo a su favor. Dominaban en el juego, continuaban acechando la portería de Luca y, para más inri, el colegiado le premió con la ventaja numérica debido a la torpeza de Hongla. Sin embargo, esa superioridad de fichas jugaría en su contra. Al Eibar se le olvidó todo el beneficio que había sacado en el 11 vs 11 y para cuando quiso reaccionar, la relajación ya había hecho mella. Mientras caían los minutos, la portería rival dejó de ser el objetivo principal, por mucho que el mensaje lanzado desde el banquillo fuera el contrario (Merquelanz sustituyó a Arambarri en el 80′), y en ese impasse el Granada lo aprovechó. Como muchos otros han hecho lo propio cada vez que se han acercado hasta Ipurua.
Sin ir muy lejos, el Real Zaragoza también vio portería en el feudo azulgrana cuando apenas faltaban diez minutos para el final. Aunque en este aspecto, de poco importa el lugar. Ya sea en casa o a domicilio, el Eibar ha recibido el 43% de los goles cuando faltaban menos de 10′ para cerrar el encuentro. Además, cada vez que ha encajado en ese periodo de tiempo, nunca ha sido capaz de responder con otro tanto. Por ello, no es de extrañar que los armeros no hayan sido capaces de remontar ni un solo duelo en toda la primera vuelta. El empate de la tercera jornada frente al Levante, con el postrero gol de Puertas en el descuento, es el único intento.
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