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LEGANÉS

Fede Vico vuelve tras ocho meses e ilusiona a un Leganés necesitado

El cordobés puso fin ante el Albacete a ocho meses de baja tras sufrir una rotura de ligamento cruzado anterior. “He visto que la vida no es de color de rosa”, confiesa. Su retorno, fundamental.

Actualizado a
FEDE VICO LEGANES ALBACETE
JUAN AGUADO

En el frío desatado de la noche aragonesa, a Fede Vico se le congeló más todavía el alma. El partido frente al Zaragoza en La Romareda (22 de noviembre de 2021) apenas había dejado dos minutos de historia escasa cuando su rodilla emitió un chasquido preocupante. Se fue al suelo, fue atendido por los servicios médicos del Leganés e intentó volver. Pero cinco minutos más tarde, lo imposible hizo su trabajo, disolvió la esperanza e inició un largo camino de batalla por el retorno. El mediocampista cordobés sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Tiempo estimado de baja: 7-9 meses. Adiós a la temporada. Infierno de ausencia que este sábado, ante el Albacete, tuvo punto y final después de 8 meses.

Con dorsal nuevo (la salida de Recio le ha dejado libre el 14, su número fetiche), disputó aproximadamente cuarto de hora en la posición de extremo derecho y lo hizo encorsetado en su personalidad siempre competitiva. Fede no sabe jugar de otra manera que no sea pelearlo todo. De ahí que se le viera presionar, perseguir rivales e incluso abroncar al linier como si de un partido de Liga se tratase. Lo hizo después de que el público presente en la ID Butarque le dedicara la ovación de la tarde y un prolongado “¡Fede, Fede!” que retumbó en la tormentosa tarde madrileña.

“Estamos en el buen camino”

“Estoy muy, muy contento. Tenía ganas de debutar, porque han sido ocho meses… lo más bonito ha sido tener la afición apoyándome. Desde el primer minuto de la lesión estuvieron conmigo”, confesó después en los medios del club un Fede Vico radiante que también tuvo palabra de agradecimiento para el actual cuerpo técnico por tener “paciencia” durante la pretemporada y permitirle ir “siempre a mi ritmo”.

“¿Calvario? Yo prefiero llamarlo oportunidad. Entender que la vida no es todo de color rosa”, añadió poco antes de ejercer de capitán sin brazalete. “Estamos adaptándonos a un proceso que es largo, pero que tenemos que acelerar porque la competición está a la vuelta de la esquina. Vendrá gente, saldrá gente del equipo. Estamos en el buen camino. Ojalá que en Navidad seamos más equipo y al final de temporada estemos orgullosos todos”, reflexionó con la voz de quien se sabe importante.

‘Fichaje’ para la medular y delantera

Porque su vuelta a los terrenos de juego es, para el Leganés, es algo más que un retorno. Tiene tintes de esperanza en medio de un panorama enrarecido por la ausencia de fichajes (apenas tres), el límite salarial, el cambio de dueños y la reiteración en una plantilla que la pasada temporada realizó un curso decepcionante. Fede fue, sin embargo, excepción. Hasta su baja, se había convertido en referencia del equipo. Rol que él mismo asumió con gusto. “Me gusta la responsabilidad”, admitió entonces en una entrevista en AS.

Fede Vico, durante el partido ante el Albacete.
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Fede Vico, durante el partido ante el Albacete. JUAN AGUADO / DIARIO AS

Su peso en el equipo fue tal que, pese a su baja, fue líder del equipo en estadísticas como los pases previos a asistencia, duelos ofensivos sin cambios de posesión o pases al hueco, revela la Inteligencia Artificial de Olocip. La compañía de estadística lo valora en unos dos millones de euros y lo sitúa como uno de los jugadores de mayor valor en la actual plantilla pepinera.

Su retorno, además, supone un soplo de aire fresco en medio del panorama que condiciona la medular y delantera pepinera, con el debate de si buscar un medio centro para la potencial (y previsible) baja de Gaku Shibasaki durante el Mundial o de si es necesario incorporar extremos que aporten llegada al área. Fede puede jugar en ambas posiciones, lo que lo convierte en una suerte de fichaje para ser importante como demostró el curso pasado hasta que el frío de la noche zaragozana se transformó en desgracia con una lesión que ya forma parte del pasado.