Racismo: el árbitro puede ayudar
Lo más importante a la hora de atajar un problema es reconocerlo. Y hoy en día en los estadios de futbol podemos ver comportamientos que hay que erradicar, aunque no son un problema del futbol, sino más bien un problema social que se aprovecha del deporte. En medio de una masa tan grande te sientes más valiente para comportarte como un cavernícola y de paso aprovechas el gran altavoz que es el fútbol.
Todos los implicados tienen, tenemos, que trabajar dentro de nuestro ámbito para intentar atajar las situaciones de violencia verbal, racismo, machismo, etc. Como comenté en Carrusel, hoy quiero hablar de lo que vivimos con Vinicius Junior en Valladolid. Fue en Pucela, pero pudo ser en cualquier campo de fútbol.
Por eso encabezaba este artículo con que hay en reconocer que tenemos un problema. Yo voy a intentar de hablar sobre lo que controlo un poco, y es sobre qué puede aportar el árbitro en estas situaciones siempre dentro de la norma, sin intentar inventar nada.
Sabemos que Vinicius es una de las personas que más sufren este tipo de asquerosos insultos. Y yendo a lo que le paso el otro día, vemos cómo el árbitro, cuando piden el cambio del jugador, le hace salir por el punto más cercano de la línea delimitadora del campo. Vinicius tuvo que recorrer medio terreno de juego, pasando por los fondos de detrás de la portería, donde suele haber más ruido ambiental. Durante este trayecto tuvo que escuchar gritos racistas. Muy bien el Valladolid condenando estos actos y ya solo queda que todos los clubes pasen a la acción. Es difícil pero no imposible y hay que dar pasos más firmes.
Ahora vayamos a la norma. Regla 3 punto 3: “El jugador que vaya a ser sustituido (…) lo abandonará por el punto más cercano de la línea delimitadora del campo, salvo que el árbitro le indique que salga directamente por la medular o por otro punto, por ejemplo., por razones de seguridad o por lesión”. Es, pues, una norma que deja excepciones y da la facultad al colegiado para evitar que un jugador salga por el lado más cercano.
Visto el comportamiento que se da en los terrenos de juego ante ciertos jugadores, el árbitro debe leer bien este tipo de situaciones, y tiene en su mano evitar el mal trago de que una persona tenga que escuchar gritos racistas.
No soy nadie para aconsejar al CTA, pero no estaría de más que, ya que el reglamento da esta opción, pueda el árbitro acogerse a ella y evitar a un jugador esa humillación. Después puede añadir el tiempo que crea necesario por hacerle salir por el medio del campo. Y para terminar, permítanme la licencia de hacerlo con una frase de Desmond Tutu: “Mi humanidad está ligada a la tuya, porque nosotros solo podemos ser humanos juntos”.