En el nombre del padre
El Valencia ganó dónde quizás menos opciones se le daban de poder hacerlo, por aquello del escenario, el rival y su juventud. Pero lo hizo con solvencia y con un Lino estelar. El Valencia logró en Pamplona su primera victoria a domicilio de la era Gattuso y rompía así una racha que arrastraba desde marzo sin ganar lejos de Mestalla. Ganó con personalidad, tensión e intensidad, jugando al toque y al rebote, con y sin balón, atacando cual puñales y defiendo como jabatos, aunque dejándose llevar de más en el tramo final.
Gattuso le ganó la partida táctica a Arrasate, algo nada sencillo y menos en El Sadar. El Valencia logró que Osasuna, el mismo equipo que hace una semana desactivó al Real Madrid en el Bernabéu, solo se mantuviera en el partido por corazón, por el empuje de su gente, pero sin saber muy bien cómo meterle mano a los che. Más allá del penalti que mandó a las nubes el Chimy Ávila y el tardío gol de Brasanac, los de Arrasate no inquietaron a Mamardashvili ni una cuarta parte de lo que lo hicieron los valencianistas a Herrera. De hecho si de algo pecó al Valencia fue de no matar el partido mucho antes del pitido final.
Los goles fueron obra de Kluivert y Diakhaby, que se convierte así en el pichichi del Valencia. Dicho lo cual, manda narices su autoexpulsión. Con el gol de Kluivert son ya 12 los blanquinegros que han visto puerta. La cifra a estas alturas es una barbaridad, porque tras 8 jornadas tan solo faltan 8 jugadores de campo por marcar. Entre ellos curiosamente Cavani, que tuvo un penalti para ser el goleador número 13, pero lo mandó al larguero. Pese a ello, el uruguayo cuajó con diferencia su mejor actuación desde su llegada, con influencia en el juego y en el marcador, con una asistencia en carrera a Kluviert tan magistral como el remate.
La cifra de 14 goles repartidos en 12 jugadores define a lo que juega Gattuso y deja un dato para la historia que se lo leí en Twitter a @Ciberche. Por primera vez en la historia del Valencia han marcado goles un padre y su hijo. Patrick hizo dos (uno en Liga y otro en Intertoto). Entre su último y el de Justin han pasado 16 años. Así que gol en el nombre del padre, aunque el verdadero padre de este Valencia se llama Gennaro y se apellida Gattuso. Incluso lo está siendo, futbolísticamente hablando, del propio Kluivert, al que aprieta como a pocos porque sabe el talento que tiene el chico dentro. Pero lo dicho, el padre de este Valencia es Gattuso. La frase de Lino, el mejor del partido, a la conclusión del encuentro lo dice todo: “¿Qué de quién es la culpa de que corra tanto? De míster Gattuso, él nos había dicho que si parábamos no salíamos de aquí con victoria”.