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Leganés 0 - Real Madrid 3

Aprobados y suspensos del Real Madrid contra el Leganés: Valverde es el ‘Señor Lobo’

El Halcón sobresale como lateral y además marca de falta indirecta. Asencio vuelve a brillar y Vinicius llega lanzado a Anfield.

Valverde no ve problemas, sino soluciones. Por eso es el número uno para Ancelotti. Su Señor Lobo. Es su dos y también su artillero. Suyo fue el segundo en Butarque tras haber abierto la lata Mbappé. Eso sí, el efervescente fue Vinicius, que llega lanzado a Anfield. Como Bellingham, que canta el Hey Jude por segundo partido consecutivo tras estar afónico los 12 anteriores. Todo alegrías, con Asencio como guinda. Primera titularidad para el canterano y nuevo do de pecho para comprarse un billete a Liverpool.

Courtois: Volvía el muro... y apunto estuvo de resquebrajarse de manera inesperada. En la primera parte no utilizó los guantes y tras el refrigerio dio un susto mayúsculo a los suyos. Miguel de la Fuente le presionó y el regate del portero a punto estuvo de terminar en robo rival y, por ende, gol local. No hubo incendio, sí chispas. Después, espectador de excepción.

Valverde: Sin laterales, será el dos. Si tenía alguna duda Carletto, tras el arranque de Fede quedaron despejadas. La exigencia del Lega no fue excesiva, pero el charrúa utilizó su zancada para poner venda a una incorporación de Munir antes incluso de que hubiera herida. Y con balón estuvo preciso, tanto en corto como en largo. No se le vieron las costuras y eso es mucho. Y además de carrilero, artillero: sacó el cañón a pasear en una falta indirecta desde la frontal para sellar el triunfo. El Señor Lobo de Ancelotti.

Asencio: El canterano no se baja de la ola. Se subió con su asistencia teledirigida a Bellingham y la siguió surfeando en Butarque. Se mostró firme en el juego aéreo, con personalidad y no vaciló con balón. Tampoco en conducciones donde había riesgo. Incluso se incorporó con peligro al área rival. Desde Valdebebas no había dudas. “Asencio es central de Primera División”. La sentencia iba en futuro, pero lo está demostrando en presente. Primera titularidad y no será la última. Por contexto y por rendimiento.

Rüdiger: Todo galones. No tuvo un par con el que fajarse, algo que en ocasiones resta brillo a su fútbol, pero no fue el caso. Seguro y dando tranquilidad a Asencio, a quien buscaron con mayor asiduidad. Hasta que vuelva la normalidad, si lo hace en algún momento, serán el cerrojo de Carletto. El examen previo a Anfield, aprobado con nota.

Fran García: No vive una situación sencilla Fran. El runrún para con el lateral izquierdo es perenne. Es consciente de que Davies es el objetivo y que Mendy es el favorito de Ancelotti, pero ello no trastabilla su fútbol. No baja los brazos. Como en Butarque, donde le benefició que el duelo se pusiera cuesta abajo prácticamente desde el silbatazo inicial. Sin exigencias en campo propio, Fran brilla. Ofreció salidas interesantes en el último tercio. Si Ancelotti le necesita, está listo.

Camavinga: Para Camavinga, cada partido es un examen. Porque Tchouameni, cuando vuelva, será central. El pivote es, y será, él. Ahí es donde reconoce sentirse más cómodo. Contra el Leganés lo demostró. Sobre todo en lo defensivo. Suya fue la intensa presión que desarboló a Altimira y terminó en gol de Mbappé. Con el esférico, eso sí, no estuvo diferencial y se entretuvo en alguna ocasión en lugar de agilizar. Aún así, notable.

Ceballos: Las lesiones y la competencia apenas le habían permitido superar 100 minutos (108′) y necesita rodaje. Lo tuvo en Leganés. Comenzó algo tibio. Sin grandes aciertos, tampoco errores. En ocasiones manejó el esférico en exceso, restando dinamismo a las jugadas, pero lo compensó en defensa con un esfuerzo que su fútbol lleva intrínseco. Y con el discurrir del duelo, creció. Mucho. Hasta terminar con un centenar de toques, el día de su partido 100 en Liga con el Madrid, y un excelente 95% de acierto en pase (84/88). Muestra de confianza de Ancelotti. La necesitaba Ceballos, que se la devolvió.

Güler (75′): Cuando la alineación fue oficial, estalló Turquía. Porque Arda es un ídolo en su país y su falta de minutos son un clamor. Todos esperaban a Brahim, pero Carletto se lo guardó para Anfield. La respuesta del joven turco, valentía e insistencia. Habilitó a Vinicius con un buen balón, realizó un jugadón que a punto estuvo en convertirse en el primero de la noche y después demostró personalidad a balón parado. Pidió una falta desde la frontal y obligó a Dmitrovic a endurecer guantes y en una contra se topó de nuevo con el meta pepinero. Muy activo en todo momento, pide minutos con fútbol.

Bellingham (87′): Como diez, cómodo. En una demarcación próxima a la del curso pasado donde Cristianizó su arranque. Hubo gol y todo lo demás. Lo segundo, habitual. Lo primero, esquivo hasta hace poco. No hubo ningún ‘Hey Jude’ en los 12 primeros partidos, van dos en los dos últimos. De cazagoles tras un chut al larguero de Brahim. Antes, había dinamizado el juego, se había movido con inteligencia entre líneas y mostrado su gran habilidad en espacios cortos. Amén de haber metido la bota para robar el balón decisivo del primer tanto. Cada día más cerca de su propia sombra. Y eso es mucho.

Mbappé (83′): Venía de marcar un gol en los últimos siete partidos. Ninguno en los últimos cuatro. En Butarque rompió la sequía. Para ello, Ancelotti le colocó de inicio, aunque después se movió por todo el frente, en la izquierda. Su sitio. Y por ahí apareció para quitar el envoltorio a un regalo de Vinicius. Un tanto necesario, reconstituyente, para llegar a Anfield con mejor regusto. Buscó su gol. No el que anotó, sino el suyo, un tanto a lo Kylian. Y lo tuvo, en un contragolpe hilvanado por Vini. No hay do de pecho, sí brotes verdes.

Vinicius: Vinicius, decisivo. No importa cuando lean esto. Más centrado de inicio, a medida que avanzó el duelo intercambió posiciones con presteza con Mbappé. Es el objetivo de Ancelotti para tratar de sacar el jugo a ambos. Aunque Vini se exprime solo. Aprovechó una estupenda presión de Camavinga y Bellingham para obsequiar a Mbappé. Después estuvo cerca de enjaular el suyo propio y dejó un extenso muestrario de regates marcas de su casa. La asistencia, su quinta de la temporada. También lleva 12 goles y tres penaltis forzados. Y a punto estuvo de sumarse otro pase definitivo si Mbappé hubiera tenido más tino. En total, en 18 partidos ha participado en 21 tantos. Palabras mayores. Pero ya amenazó tras no llevarse el Balón de Oro. “Lo haré diez veces mejor si es necesario”... Llega lanzado a Anfield.

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Brahim (75′): Venía lanzado y todo apuntaba a titularidad y a galones. Ancelotti sorprendió, pero Brahim no tardó en dejar su impronta. Caracoleó en la frontal y su chut, tras tocar en la zaga, se topó con el larguero. Poco después volvió a tenerla pero su disparo golpeó en Endrick. Difícil hacer más con menos.

Modric (83′): Una suplencia con mensaje: en Anfield, Modric y diez más.

Endrick (87′): Sin apenas tiempo para incidir.

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