Pezzolano tira de Tunde y Arroyo
Los atacantes del Promesas continuarán en dinámica de primer equipo después de estar con el Real Valladolid en Vallecas.
El Real Valladolid Promesas dejó cerrada este domingo la clasificación para la promoción de ascenso a la Primera RFEF y lo hizo con varios ausentes, entre ellos, dos jugadores que habían viajado a Madrid entre semana con el primer equipo: Roberto Arroyo y Tunde Akinsola. Entonces, el vallisoletano se sentó en el banquillo, junto al entrenador uruguayo, en su primera citación a sus órdenes, mientras que el nigeriano se quedó en la grada, como en su primera llamada.
En ambos casos, el hecho de no formar parte de plantel de Julio Baptista estaba motivado porque continuarán en dinámica de primer equipo en las próximas semanas, tal y como confirmó el técnico posteriormente en rueda de prensa. “Dependemos del primer equipo y a partir de ahora estarán en esa dinámica; no podíamos tenerlos”, confesó el brasilero, que deseó “que los utilicen y puedan ayudar al primer equipo” con el mismo descaro que muestran en los entrenamientos.
No en vano, una de las razones esgrimidas en Los Anexos para la presencia de Tunde es precisamente esa, la capacidad que muestra cuando se ejercita con el primer plantel, a pesar de no estar teniendo excesivo protagonismo en el filial, donde apenas acumula 112 minutos repartidos en cuatro partidos. Pese a la sorpresa que causó inicialmente el que Pezzolano contara con él, algunas voces lo razonan alegando que “vuela” cuando las dos primeras plantillas comparten sesión.
Por su parte, Roberto, Arroyo, que debutó en el Camp Nou en Primera División y fue parte más o menos activa del equipo bajo la dirección de Pacheta, ha llegado a este tramo final de temporada acumulando siete goles en la Segunda RFEF, donde se ha destacado como un incordio para las defensas, merced a su carácter aguerrido, que, dicho sea de paso, le ha costado también ver once amarillas y dos rojas. No obstante, si ‘El Papa’ le da la oportunidad, por descaro no va a ser.
“A veces, lo que ocurre con jugadores tan jóvenes es que, en ciertos momentos de tensión, ellos no la sienten. Si les tienen que utilizar, van a sacar el descaro. Si el míster les necesita y comprende que deben jugar, están preparados, arguía Baptista en su comparecencia, convencido de lo que sus pupilos pueden ofrecer si en las cinco jornadas que quedan en Primera División, ante las diferentes lesiones que presenta arriba el Real Valladolid, uno de los filiales acaba participando.