Otro ‘follón’ en el pádel

Los conflictos en el pádel profesional no son una novedad. Llevo más de veinte años relacionado con este deporte, tanto a nivel institucional como fuera del mismo, y la sensación de confrontación permanente entre los actores de los distintos circuitos profesionales siempre ha sido una constante.
Vivimos los episodios con Padel Pro Tour y World Padel Tour y ahora tenemos un nuevo conflicto entre la Asociación de Jugadores Profesionales (PPA) y el actual circuito profesional, Premier Padel. En los últimos días, y tras la no asistencia de la mayoría de jugadores del top 100 masculinos al torneo de Gijón, estamos en medio de un cruce de comunicados entre ambas instituciones que hace que sea complicado vislumbrar un acuerdo a corto plazo.
Pero, ¿cuál es el problema?, ¿qué piden los jugadores? Entre otras cosas que desaparezca la obligación de participar en los torneos categoría P2 (la más baja del circuito Premier Padel) y que se reestructuren los tamaños de los cuadros de los torneos categoría P1.
¿Qué pierde Premier Padel con esta situación de bloqueo? Fundamentalmente, la capacidad de convencer a nuevos promotores y marcas de que el pádel es un espectáculo en el que confiar. Y eso es mucho. La sensación de que es un deporte en constante conflicto con colectivos volátiles es una losa muy importante para continuar con el crecimiento del circuito.
¿Qué pierde el jugador con toda esta situación? Vaya por delante que el jugador tiene que mirar por su interés y es entendible que su principal objetivo sea maximizar el rendimiento económico de su actividad. Son profesionales de un deporte con unos diez años de plenitud física donde tienen que sacar todo el rendimiento posible, dentro o fuera del circuito profesional. El problema puede venir a nivel reputacional al no haber comunicado la situación con claridad de manera pública antes de tomar una medida tan extrema como la de no participar en el torneo de Gijón y que se instale en el aficionado y lo que es más importante, en el negocio deportivo, la percepción de ser un colectivo ‘caprichoso’.
Toda esta zozobra, además, salpica a otros sectores. El pádel femenino, que sí ha acudido al torneo de Gijón con normalidad, de pronto se encuentra con un examen de popularidad ante la medida que ha tomado la organización de devolver el importe de las entradas a todo aquel que lo solicite. Puede salir tremendamente reforzado si ha habido una devolución mínima de entradas o debilitado si la devolución ha sido masiva. Veremos, pero esperemos que el público gijonés sepa valorar el gran espectáculo deportivo que es el pádel femenino.
En definitiva, que aquí pierde todo el mundo. Así que les pedimos que no busquen culpables de esta situación, ni vencedores ni vencidos, que cedan en lo que tengan que ceder, y se pongan de acuerdo, aunque sea por una vez. Eviten otro ‘follón’. Por el bien del pádel, que será el bien de todos los que amamos este deporte.
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