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SEVILLA

Ocampos no jugó para no fastidiar su venta

El jugador y el Sevilla acordaron que no estuviera contra Mallorca ni Girona mientras que García Pimienta tuvo que dar la cara y decir que estaba lesionado.

García Pimienta.
Julio MuñozEFE

Que García Pimienta es un hombre de club no hace más que confirmarse día tras día. Tras un verano en el que no metió presión alguna a una planificación a la que mostró su confianza absoluta cada vez que había dudas, con la temporada ya empezada sigue en su senda de no poner en aprietos al club, al menos de puertas para afuera.

El último ejemplo de la bonhomía de García Pimienta se ha visto con el traspaso de Ocampos. El técnico catalán lo dejó sin convocar en los últimos dos partidos, la visita al Mallorca y el partido en casa ante el Girona. Dos encuentros en los que hubiera necesitado el aporte de un jugador como Ocampos, que no sólo no los jugó sino que estaba cerrando su traspaso a Rayados. Pimienta se tragó todos los sapos del mundo y justificó su ausencia por molestias en una rodilla. “Es cierto que no está en el equipo porque tiene unas molestias. Ya no pudo venir a Mallorca, el miércoles o el jueves intentó entrenar. Sintió una pequeña molestia e incluso tuvo que hacer alguna prueba”, justificó.

Pero las mentiras tienen las patas muy corta y en el Sevilla, más aún. Sólo ha hecho falta que Ocampos aterrice en México para que el argumentario se desmonte. “No jugué los últimos dos partidos de Sevilla porque estaba casi todo cerrado acá”, sentenciaba. Algo lógico. García Pimienta prefirió no añadir leña al fuego de la caldera de un Sánchez Pizjuán que ha sentenciado a sus dirigentes. La confirmación de que Lucas Ocampos estaba traspasado habría convertido en irrespirable el ambiente del partido del Girona, por lo que se prefirió sembrar la duda de la lesión.

Ahora está por ver si el Sevilla le devuelve a García Pimienta todo lo que el técnico está haciendo por el club. El catalán ha puesto su cara, para que se la partan, y por ahora no le van a traer a nadie por Ocampos. Sólo le queda pedir paciencia hasta que lleguen los resultados a cambio de todo lo que está haciendo, pero no parecen los tiempos adecuados para que el Sevilla sea agradecido con nadie. Ni con los suyos ni con los de fuera.

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