No traten de entenderlo
Igual que Clemente, también Flick dobló la apuesta. En su caso ya no podía meter más delanteros, pero si más madera.

El Barça salió ante Osasuna con cuatro delanteros, casi como en los tiempos de Kubala, para meter más presión al Madrid antes de visitar Vitoria. No siempre salir con más delanteros da resultado ante equipos atrincherados. Para la historia quedará la revolución táctica de Clemente en un partido de la selección a cara o cruz ante Irlanda. La escuadra de Jackie Charlton llevaba tres años sin perder en Dublín, a donde fue España obligada a ganar si quería ir al Mundial de EEUU. No valía el empate. Se le acusaba al de Barakaldo de ser muy amarrategui. Nunca debieron hacerlo. Clemente dobló la apuesta. Ese día España formó con ocho defensas. A los 25 minutos ya ganaba 3-0. El Barça se fue ayer al descanso sin marcar.
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Igual que Clemente, también Flick dobló la apuesta. En su caso ya no podía meter más delanteros, pero si más madera. Por momentos parecía que había más jugadores del Barça en el área pequeña de Osasuna que en las colas de la Sagrada Familia. Pasaba el tiempo y se mascaba el gol, pero solo eso, se mascaba. Y claro, al final tuvo por fuerza que llegar de un disparo lejano, un contragolpe culminado por Raphinha tras un ataque del equipo navarro. No había nadie en el área, ni en la grande ni en la pequeña, salvo el portero visitante. La sentencia llegaría de nuevo de las botas del delantero brasileño...tras el pase de un rival. Así de raro es a veces el fútbol.
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