A Coruña “no maneja la perspectiva” de retirarse del Mundial 2030

El pasado sábado la organización del Mundial 2020 sufrió un verdadero terremoto al confirmar el alcalde de Málaga que renunciaban a la organización pese a ser una de las sedes elegidas. Casi de inmediato, esos miedos se trasladaron a A Coruña, la sede que tiene más verde su proyecto. Sin acuerdo con el Deportivo, negociaciones sin cerrar todavía con la Xunta y demás instituciones públicas y sin conocerse aún el nombre del inversor privado, las dudas rodearon de nuevo al proyecto coruñés en torno a un Riazor cuya forma y plazos de reforma tampoco se han explicado con detalle.

Gonzalo Castro, concejal de Cultura y Turismo del ayuntamiento de A Coruña y responsable de la sede, habló sobre la retirada de Málaga y descartó una posible analogía con Riazor: “No manejamos en ningún caso esa perspectiva. Yo no la manejo. Sí es cierto y efectivamente hay que ser realistas y darse cuenta de que hay que dar el último impulso y ahí sí que es muy importante, es necesario que haya un compromiso por todas las partes. Y en este caso yo creo que también es muy importante que el principal usuario y beneficiario de las instalaciones (Deportivo) esté también”.

Gonzalo Castro incluso profundizó en lo ocurrido con Málaga: “Yo no quería meterme en casa ajena, pero formaba parte de mi trabajo conocer cuál era el estado del resto de sedes porque competían directamente con nosotros. A mí me parece muy bien la explicación que ha dado el ayuntamiento de Málaga, pero la realidad es que las causas fueron otras. Creo que las cosas hay que hacerlas aquilatadas y ahí había un problema serio de volumen del propio proyecto”.

En cuanto a las relaciones con el Deportivo, que son muy distantes, el concejal aseguró que “se han incrementado los contactos últimamente. Creo que lo ideal sería formalizarlos. Es decir, constituir una comisión mixta que pueda trabajar conjuntamente por parte del Deportivo y del Ayuntamiento para que este proyecto contribuya de forma positiva no solo a la ciudad, sino también al propio club, que creo que es el máximo beneficiado de un proyecto de esta envergadura y lo que nos queda es trabajar conjuntamente”.

Gonzalo Castro insistió en que “el proyecto tendrá mucho más sentido si el Deportivo está dentro. Si no es un mero espectador, porque no puede serlo. El Deportivo es el principal usuario del estadio. Hay una relación de más de ochenta años con el estadio de Riazor y creo que un proyecto que va a generar unas oportunidades incluso de negocio y así esta siendo en otros estadios”.

Igual dosis de optimismo, pero sin concreción, habló sobre el inversor privado, que en teoría sufragaría el 30% de la inversión: “En el ámbito económico relacionado con la explotación de este tipo de recintos, efectivamente existe un interés creciente de posibles inversores. Nosotros seguimos trabajando en definir la financiación, donde cada vez tiene más peso la iniciativa privada, veremos si en las próximas semanas se puede concretar y, cuando esté definida, se comunicará”.

La última pata del proyecto de la sede mundialista es la financiación pública. Las posturas del Ayuntamiento y Xunta están alejadas, pero Gonzalo Castro sigue confiando en que llegará el acuerdo: “Un tira y afloja no hubo porque lo que hubo fue una manfestación de la Xunta que nosotros no hemos respondido porque creo que esto se debe solucionar en otros ámbitos, no trasladarlo mediáticamente. Creo que la Xunta ha hecho su planteamiento y vamos a ver cuál es finalmente”.

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