Militao toma aire
El brasileño se marchó a la sierra madrileña donde estuvo caminando durante un par de horas para ir probando la mejoría de su rodilla.
Fue hace apenas un par de semanas. El día antes de que el Real Madrid recibiera al Atlético en el Bernabéu en partido valedero para la Liga. Mientras sus compañeros acababan la rutina de entrenamientos, apareció Eder Militao (27 años) en el césped de los campos de entrenamiento, acompañado de dos miembros del staff médico madridista. Apenas habían transcurrido 90 días de su lesión ante Osasuna: rotura del cruzado y con afectación de ambos meniscos. Los allí presentes se sorprendieron de la irrupción del brasileño primero por ver su asombroso avance médico; segundo, por su jovialidad, y tercero, por su capacidad para trabajar día a día sin perder una pizca de alegría.
Aquella mañana, a Militao le picó el gusanillo: de camino hacia el campito donde se iba a ejercitar, vio un balón perdido. Ni corto ni perezoso, intentó marcar un gol tipo Vieri al PAOK griego hace ya unos cuanto años en la Copa de la UEFA… con la pierna operada. Poco a poco, el brasileño, sin desfallecer, va cogiendo aire. Y eso es lo que hizo esta semana. Justo antes del encuentro de vuelta ante el Manchester City, Militao se fue a la montaña con su mujer y un par de miembros de su staff personal. Se marcharon a la sierra de Guadarrama, y allí se lanzaron a una caminata de cerca de tres horas, donde hicieron fotos de las vistas desde las alturas. Aire puro. Ganas de descansar de las intensas palizas que se mete día sí y día también en Valdebebas para tratar de ir volviendo cuanto antes a la disciplina de grupo, pero sabe que aún le queda un larguísimo trayecto hasta que pueda tener las altas médica y competitiva.

El brasileño sueña con volver a contar con algunos minutos al final de la campaña, en el Mundial de Clubes. Se lesionó hace ya más de 100 días, pero desde el primer momento en que se puso a recuperar, el zaguero lo hace sin prisa pero sin pausa. Ya puede doblar la rodilla y sigue día a día, subiendo y bajando escalones para ir fortaleciendo esa rodilla. Ya lo hicieron otros jugadores blancos como Kaká y el mismo Raúl. Su compatriota acudió a la sierra de Cercedilla para probarse de una lesión en el aductor de su pierna izquierda, una zona en la que sufrió una contractura que le apartó varios partidos.
Por su parte, el actual entrenador del Castilla se lesionó de gravedad en noviembre de 2005 en su rodilla izquierda: rotura del menisco externo, rotura parcial del ligamento cruzado anterior y desgarro de la cápsula postero-externa de la rodilla izquierda. Dos meses después, en enero de 2006, se fue, junto con su fisio de confianza, Pedro Chueca, también a Cercedilla, donde estuvo trabajando en la nieve: el eterno 7 metía la pierna bajo la nieve, para andar alternando ritmos. Era una manera de realizar trabajo de resistencia. Y eso es lo que está haciendo Militao, trabajar el aspecto físico y el psicológico, a la vez que enfrentarse a un desafío personal… Queda mucho camino, es largo y duro, pero Eder quiere volver a lo grande…
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