REAL MADRID
Los españoles, al rescate
Ceballos, Asensio y Nacho, que acaban contrato el 30 de junio, fueron clave para el triunfo del Madrid ante el Villarreal, en un escenario en el que hace 12 días los blancos alinearon un once sin ningún jugador nacional.
El primer partido liguero del Real Madrid de 2023 pasó a la historia por varios detalles. Era el 7 de enero y el conjunto blanco viajaba a La Cerámica para medirse al Villarreal. Ese día, el equipo villarrealense derrotaba a un equipo madridista (2-1) que había formado con 11 jugadores no nacidos en España. El once de salida lo conformó Courtois (belga); Militao (brasileño), Rüdiger (alemán), Alaba (austriaco), Mendy (francés); Tchouameni (francés), Modric (croata), Kroos (alemán); Valverde (uruguayo), Benzema (francés) y Vinicius (brasileño). Era la primera vez que sucedía en los casi 121 años de historia madridista y tras 4.435 partidos oficiales disputados entre todas las competiciones. En el banquillo aguardaban seis jugadores ‘españoles’: Luis López (tercer portero), Nacho, Asensio, Ceballos, Lucas Vázquez y Vallejo. Sólo Lucas y Marco Asensio tuvieron minutos a lo largo de esa derrota. Curiosamente, sí se había dado el caso de que el Madrid acabase sin jugadores españoles un partido: fue en la también derrota ante el Sheriff Tiraspol (1-2) en el estadio Santiago Bernabéu en la pasada edición de la Champions.
Apenas 12 días después, y con sólo un español en el once titular de salida (Nacho), fueron los jugadores españoles los que rescataron al Madrid de la derrota… ante el Villarreal y en el mismo escenario del pasado 7 de enero. Fueron tres jugadores (Nacho, Asensio y Ceballos), los que se echaron el equipo a la espalda, ayudados por otros futbolistas como Militao, Vinicius y Valverde, en el caso del uruguayo, tras cambiar de sistema y alinear un bloque con tres volantes (Asensio, Ceballos y el propio centrocampista charrúa) más el inagotable trabajo de Eduardo Camavinga, un jugador amonestado en el minuto 35 por agarrar a Capoue, y que supo aguantar la presión el resto del partido. Curiosamente, los tres futbolistas españoles acaban contrato este próximo 30 de junio y ninguno tiene clara su continuidad…
Ante las bajas de Alaba y Carvajal, la presencia de Nacho se antojaba decisiva. En su regreso a la titularidad tras la semifinal de la Supercopa ante el Valencia, donde ejerció de lateral izquierdo, “El defensa pesimista”, como le definió una vez Carlo Ancelotti, estuvo seguro y sobrio en el lateral derecho. Atento al juego y a los cruces, ayudó a solidificar la zaga madridista a lo largo de todo el partido. Sus números lo atestiguan: ganó dos duelos aéreos (como Militao y Mendy, compañeros en la retaguardia), ganó el balón en las dos entradas que tuvo que hacer, taponó bien un disparo de un jugador groguet, y provocó cuatro faltas de los delanteros del Submarino amarillo. Fue creciendo con el paso del partido, volviendo a demostrar por enésima vez que siempre está cuando se le necesita.
Más clave fue el cambio en el minuto 56. Carlo Ancelotti decidió dar un volantazo al sistema del equipo. Sustituyó a Kroos y a Rodrygo e introdujo a Asensio y a Ceballos. El partido dio un giro de 180 grados. Alineó a tres volantes: Valverde por derecha, Asensio, y Ceballos por izquierda, pero no los enjauló: les dio libertad de movimientos, con un Camavinga absolutamente dominador a partir de ese momento por detrás. Un movimiento que recordó al centro del campo de su segunda campaña en el Madrid (2014-15), con Kroos, Modric, James e Isco. Un centro del campo al que no le quemaba el balón en los pies. Además, la defensa dio un paso adelante. Y Vinicius siguió percutiendo por la banda izquierda. Sólo faltó un poco más de acierto de Benzema cara a la portería rival.
El gran protagonista fue Ceballos, que participó en la construcción de los tres goles. Es más, en el tanto definitivo, es él mismo quien arranca la jugada, cede a Vinicius que, tras acarrear el balón al área rival, filtra un pase a Asensio. Éste viendo la llegada del utrerano, le pasa el balón a la frontal para que disparase y batiera a Jorgensen. Previamente había asistido a Vinicius en el primer gol de los blancos, y ejecutó el centro que acabaría con el gol de Militao para el 2-2. En los 35 minutos que disputó le dio tiempo a completar 32 intervenciones (Rodrygo participó en 34 en 56 minutos sin ir más lejos), a dar 19 de 21 pases correctos (una precisión del 90,5%). Asensio se mostró muy activo a la hora de acercar el balón hasta el área rival (19 intervenciones). Fruto de su buena visión, cedió el balón a Ceballos para que marcase el gol definitivo de la eliminatoria. Incluso intentó marcar con una falta cerca de la frontal que fue bien defendida por Jorgensen. Ahora llega San Mamés, con las mismas urgencias que el partido de Villarreal: el Madrid puede comenzar el partido a cuatro o seis puntos de diferencia con el Barcelona…