Las horas más complicadas del Granada con Fran Escribá
Fran Escribá afronta el momento más delicado del Granada desde su llegada. La goleada en Córdoba ha hecho daño y preocupan las lesiones de Luca Zidane y Loic Williams.


El Granada atraviesa por su momento más complicado desde la llegada de Fran Escribá con solo dos puntos sumados de nueve posibles que le alejan de los primeros puestos. A cinco puntos del playoff y a ocho del ascenso directo. La dura derrota en Córdoba ha hecho bastante daño a un Granada dubitativo y con daños colaterales añadidos con las lesiones de Luca Zidane y Loic Williams que están pendientes de las correspondientes pruebas médicas.
Hacía más de 41 años que el Granada no se llevaba una ‘manita’ en Segunda División. Fue el 9-9-1984 contra el Mallorca en el viejo estadio Luis Sitjar. Aquel equipo acabó descendiendo a Segunda B (actual Primera RFEF). En esta goleada la imagen ofrecida ha sido bastante deficiente. Aunque el Granada disfrutó de ocasiones, los errores le condenaron al desastre para frustración de los aficionados que se desplazaron y que terminaron con la cata colorada.

El propio Escribá lo admitía sin tapujos. “Pedimos disculpas. No solamente a los aficionados que vinieron sino a los que nos apoyan desde casa. Es ridículo dar explicaciones porque hicimos un partido espantoso y nos sentimos muy mal. Pero el resultado fue exagerado porque tuvimos ocasiones como para meternos en él. No voy a justificar una derrota tan amplia, pero nos hicieron tres goles a balón parado y los otros dos fueron errores individuales”.
Confianza del club
El Granada es uno de los equipos que más entrenadores devora en el fútbol español. Desde que la empresa china Wuhan DDMC se hizo con la propiedad del club en el verano de 2016 han pasado nada menos que 16 técnicos. De este amplio abanico solo Diego Martínez ha podido empezar y terminar una temporada, en este caso tres.
En el caso de Escribá se debe valorar que cogió al equipo en plena depresión tras empatar en casa con el Málaga y ubicarse más cerca del descenso que de la zona noble. Aquella mala secuencia supuso el cese de Guille Abascal. Escribá supo transmitir tranquilidad a un equipo lleno de nervios e inseguridades. La mejoría fue tan evidente que llegó encaramarse durante cinco jornadas hasta la zona de playoff. Pero se bajó el pistón.

En las últimas jornadas el técnico valenciano ha tenido situaciones desfavorables que le han obligado a un improvisado proceso de reinvención. Primero, la inesperada marcha de Myrto Uzuni, el mejor goleador, con la que nadie contaba, y que obligó a fichar sobre la marcha a Juan Diego Molina ‘Stoichkov’ y a Borja Bastón. El primero ha sido sancionado con dos partidos y al segundo le falta mucha puesta a punto.
En segundo lugar, las lesiones y sanciones han dejado en cuadro el puesto de lateral izquierdo. Neva y Bau están en la enfermería. Ricard, que tuvo que asumir este rol fue expulsado en Huesca y suspendido por dos partidos. Loic Williams también se dañó en cuando paso de central a este gafado puesto donde acabó actuando Tsitaishvili. Un reajuste sobre el reajuste que al equipo le ha condicionado.

En esta situación, el partido del próximo domingo contra el Racing de Ferrol cobra una importancia extraordinaria. No sumar los tres puntos podría aumentar la sensación de crispación y frustración en la afición y poner en una situación delicada los planes de Fran Escribá.
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